viernes, 29 de marzo de 2013

Mi Camino Ignaciano. El regreso. (2)


Mi Camino Ignaciano. El regreso. (2)
 
De Manresa a Cervera.
 
25.02.2013. Lunes. 1ª Etapa: Manresa – Montserrat. 23,3 km.
Después de dormir bien toda la noche, me levanto a las 7:15 para oír Misa en La Cova.
La celebra Josep Sugrañas, sub director de La Cova, quien me recibió en el anterior Camino junto al Alcalde Valentí Junyent.
Después de celebrada la Misa, él mismo me sella la Credencial, pues al ser lunes Isabel tiene descanso. Tampoco puedo saludar al Director, Francesc Riera, por encontrarse ausente.
A continuación me preparo para la jornada de hoy, que ha salido soleada. Comienzo la andadura de este Camino a las 8:45, con la incógnita de qué me deparará. La temperatura es fresca pero no demasiado fría. Me dirijo por el Pont Vell, que la vez anterior no lo pasé, hacia Montserrat.
Paso junto a la torre con la senyera catalana hacia el barrio del Xup. A éste llego a las 9:20 y paro en el bar corner para desayunar un cortado y un croisant. Aprovecho para echar un vistazo al periódico Regió7 y veo la entrevista y la foto que me hicieron ayer.
Después de  quince minutos, prosigo la marcha para ir al castillo de Mas Oller. Después de pasado éste, como hay una señal escrita de prohibido el paso, tomo el camino de la izquierda pero después de un kilómetro, al ver que no es la dirección adecuada, regreso al mismo punto. Hago caso omiso a la señal y continúo por el camino que recordaba haber pasado en la ocasión anterior.
Una vez llegado a lo alto, nuevamente la falta de señalización me lleva a equivocarme y me dirijo por el camino erróneo y aparezco, después de vadear el río, en el monte enfrente de la cantera y la masía que debía de pasar. Además, la pista por la que iba no tiene trazas de seguir paralelo o bajar, sino que es en constante subida y hacia la otra dirección.
Tomo la determinación de bajar monte a través siguiendo un estrecho sendero de animales entre un pinar y luego campo a través junto a un campo de labor, teniendo esta vez la masía como guía. Después de vadear el río a la otra orilla, con agua hasta la rodilla, después de un rato llego a la masía.
Sin más percance en ese momento, paso junto al campo de golf y el monumento a las monjas fusiladas y llego a la carretera. Cruzo el puente y continúo por la calzada romana, en fuerte subida, para llegar a Castelgalí a las 11:05, cuando lo previsto era llegar hacia las 10:40. Tiempo perdido por la falta de señalización.
Este pueblo lo paso sin dificultad, pues la acera está cada veinticinco metros con un baldosín con la concha que indica el Camino de Sant Jaume por Montserrat. Todo va bien hasta un cruce de caminos próximo a la carretera, en que una flecha amarilla indica hacia la derecha. En prolongada cuesta, después de unos trescientos metros,  veo  a la izquierda el cruce de carretera que pasé la vez anterior, así que de nuevo, vuelta atrás. Cincuenta metros más adelante, por el camino de la izquierda, están la carretera y las señales que indican el verdadero Camino.
Justo en este punto, en una curva cerrada se encuentra el restaurante El Racó, donde decido parar un rato para descansar y tomar líquido. He llegado a las 12:10. Me tomo un Acuario y un botellín de agua, aprovisionándome con otros dos para el Camino. Después de veinte minutos de descanso, reemprendo la marcha y después de pasar la Capilla de Sant Jaume llego a San Cristofol a las 12:42.
A la salida de este pueblo, nueva pérdida por seguir las señales del Camí de Sant Jaume. En un cruce las sigo y se va por carretera. Después de tres kilómetros y no ver a nadie para preguntar, ni ver ninguna señal, me doy la vuelta y regreso cabreado al mismo cruce, a las 13:57.
Sigo las señales del camino a Santa Cecilia y Montserrat, desanimado y cansado, pues indica que me quedan todavía tres horas de camino.
Continúo andando, pues a partir de ahora viene la fuerte subida hasta la carretera de Montserrat por un sendero pedregoso del monte. Hay zonas en las que todavía se acumula nieve de las últimas nevadas, pero que no impiden caminar.

Sin ningún percance ni desorientación, consigo llegar a Santa Cecilia a las 14:48, aunque sediento porque he consumido toda el agua y he tomado tres pastillas de glucosa.
Solo me restan por andar 3,5 km para llegar a Montserrat y los ando a buen ritmo, llegando al final de la etapa a las 15:20.
Voy a comer al self service: macarrones, pollo asado, tarta de manzana, pan y Coca cola. Pago 39€, carísimo.
Me dirijo a la Oficina de Acogida y el responsable me está esperando. Ha leído la noticia de que he comenzado el Camino, en el periódico. Me alojo en la habitación 1-B, la misma del año pasado.
En la 1-C se aloja Shun Yang, una chica coreana que no es peregrina, pero que para esta noche le han dado alojamiento en el Albergue. Le tengo que hacer una cura en la mano, pues se ha caído con el hielo que hay en la plaza. No podemos entablar conversación pues no habla ni palabra de castellano.
Después de descansar bien, he dado una vuelta por Montserrat, he comprado un bocadillo para cenar y he regresado a la habitación. Justo en el momento que estaba escribiendo el resumen de la jornada, ha llegado otro peregrino, que inicia mañana el Camí de Sant Jaume. Se llama Hans y es alemán, de Hamburgo. Estamos un rato hablando, habla bastante bien castellano, y me pregunta por en Camino de Santiago sobre el recorrido, etapas, etc. Su idea es andar el Camino hasta Tárrega, y desde esta población dirigirse a San Juan de la Peña.



El resumen del día es que ha sido nefasto por las continuas pérdidas por falta o error de señalización. Si quieren potenciar este Camino Ignaciano en los dos sentidos, hay que mejorar la señalética. El peregrino necesita más compañía de las señales. Por ejemplo: en la masía Can Cornet, no he visto ninguna señal en ninguno de los dos sentidos y es un punto clave en esta etapa.


26.02.2013. Martes. 2ª Etapa: Montserrat - Igualada. 26,8 km.
Me despierto a las 7:45 después de dormir bastante bien, aunque a las 3:00 me he tenido que echar una manta sobre el saco, pues tenía frio. Hago todos los preparativos, he ido a la recepción del hotel a dejar las llaves del Albergue y me he tomado un cacaolat. A las 8:15 he comenzado a andar con la intención de llegar a Igualada, en una mañana clareada a estas alturas, aunque bastante fresca. En el fondo del valle hay bruma.
Desando el camino por la carretera que me trajo hasta Montserrat. He salido del aparcamiento y llego a la Ermita de Santa Cecilia, por la que pasé ayer, a las 8:53. Desde aquí, tras 6,1 km llego a Can Massana a las 9:57, también por carretera.
Por la senda en fuerte subida supero la colina y luego en descenso, también por camino de montaña de tierra llego a Sant Pau de la Guarda a las 10:23. Me he encontrado por el camino con un motero que pretendía, con una moto de carretera, seguir por el camino que he dejado atrás para bajar a Can Massana.
Le he explicado cómo estaba el final para acceder a la carretera. Ha desistido de continuar y se ha dado la vuelta.
Descanso en este pueblo hasta las 10:40 y continúo la marcha por la calle Virge de Montserrat, muy bien señalizada, y luego por una senda acorto las curvas de la carretera N-II.
Cruzo la autovía por un puente y antes de entrar en ella paso por encima del quitamiedos a un camino paralelo. Por un tramo de camino de cien metros salgo a la carretera secundaria que me lleva hasta Castellolí, a donde llago a las 11:40. Paro en el Rte. Call Betes donde tomo un Acuarius, como un croissant y me proveo de agua para seguir otra vez caminando a las 12:00.
Todo por carretera, ya hasta el final de la etapa, paso por Ca N´alzina y de aquí salgo otra vez a la antigua N-II. Cincuenta metros más adelante tomo otra carretera secundaria a la derecha, que unos kilómetros más adelante cruza la autovía, primero por encima y luego por debajo.
Llego a la rotonda de entrada a Igualada y por la vía de servicio atravieso todo el polígono industrial. Estoy a la entrada de la ciudad y atravieso la misma siguiendo las flechas del Camino hasta que me oriento para llegar hasta el Albergue. Son las 13:23. Una vez aquí me dirijo a la dirección calle Gaudí 26, donde se encuentra el Consorci Sociosanitari d´Igualada, donde se recogen las llaves del Albergue y que dista trescientos metros del mismo.
Sello la Credencial, recojo las llaves y las sábanas y abono los 15€ de la tarifa. Me dirijo al Albergue, donde ya estuve el año pasado, en le misma habitación.
Me aseo, me cambio de ropa y me voy a comer al bar L´Aurora, que está en la calle del mismo nombre junto a la fábrica de Punto Blanco. Como un plato de pollo frito con patatas, ensalada, un yogur y Coca cola por 6,35 €. Vuelvo al Albergue y al poco rato comienza a sonar la alarma. Después de tocar un montón de botones acierto a quitarla. De momento, y ya ha pasado un rato, no ha venido nadie. Y eso que al lado está el Cuartel de la Policía Nacional.
Después de descansar, salgo para hacer unas compras para la cena en un supermercado y regreso al Albergue. Ceno y a descansar hasta mañana.
El día de hoy ha ido bien en todos los sentidos. No me he perdido ninguna vez, por la buena señalización y por el buen tiempo. Solamente he tenido una incidencia. Bajando de San Pau de la Guarda, me he caído en una placa de hielo y me he hecho una herida y unos rasguños en la mano izquierda, pero sin importancia.


27.02.2013. Miércoles. 3ª Etapa: Igualada - Cervera. 37 km.
Me levanto a las 7:45. He dormido bien. Hago los preparativos necesarios, recojo el Albergue y a las 8:17 comienzo la jornada de hoy.
Sigo las indicaciones de la guía que llevo del Camí Catalán para salir de la ciudad, sin problemas, pero en la primera rotonda se puede acortar el recorrido siguiendo por la carretera de la derecha. Sale al mismo punto sin rodear el Instituto.
Continuando por el Camino marcado, llego a Jorba a las 9:35 y paro a desayunar, como la vez anterior en el bar La Gallega. Tomo un cortado con un croissant. Esta vez también coincido con dos parejas de Mossos de Escuadra.
Continúo mi camino a las 10:00. Paso junto al Hostal Jorba y justo al otro lado de la autovía está el área donde comimos Aitor y yo en el viaje a Manresa del año pasado. Le mando una foto y un comentario.
A las 11:20 llego a Sta. Mª del Camí y paro a descansar un rato en el área de descanso del bidegorri, a la salida del pueblo, hasta las 11:40.
Luego sigo todo por la carretera vieja N II, hasta ahora ha sido por el bidegorri. En constante subida llego al alto de la Panadella a las 12:55.
Me quedo a comer en el restaurante del Hotel Bayona. Como garbanzos, salmón a la plancha con guarnición, crema catalana, agua y cortado por 10,90 €.
Un camarero me ve la camiseta que llevo de Astore y me pregunta de dónde soy. Le digo que de Zumarraga y me dice si conozco a Ángel y Gotzon, camioneros. Le digo que sí y que Ángel me dio recuerdos para el dueño. Se lo comenta al dueño y éste viene, me pregunta por él y por su hijo. Me dice que le dé un abrazo a Ángel, cuando vuelva, de parte de Antonio.
El camarero me dice que durante un tiempo dejó este trabajo y que anduvo con ellos por la zona de Zumarraga y Azpeitia. Habla bastantes palabras en euskera.
A las 14:45 me pongo de nuevo en marcha. Esta vez sí tomo bien la referencia a seguir. El año pasado, en este punto, fue donde tuve la incidencia con el coche que no paró a ayudarme. Cuando llego abajo, veo como ahora está bien indicado. El camino a seguir, con las flechas naranjas y por donde yo fui la vez anterior con el aspa, para evitar la equivocación.
En este punto dejo atrás la provincia de Barcelona y entro en la de Lleida.
Llego al primer pueblo de esta provincia, Pallerols, a las 14:55. Este es un pueblo con gran sentimiento por el Camí de Sant Jaume, como se puede apreciar en sus calles. Tiene una Iglesia dedicada al Santo desde el siglo XII.
Continúo la marcha pasando por Hostallets y llego a Sant Pere dels Aquells, donde están los aviones de combate en una finca.
Luego paso por Vergós, que en el anterior Camino no pasé por sus calles, y llego a Cervera a las 16:55.
Voy al Ayuntamiento a sellar la Credencial y luego a la Hospedería de las Monjas de la Residencia de la Sagrada Familia y me alojan en una habitación, solo. Me aseo, me cambio y salgo a comprar algunas cosas para la cena. Vuelvo a la hospedería y me quedo en la habitación hasta el día siguiente.


La etapa de hoy ha sido casi toda por carretera, a excepción del descenso de la Panadella, y el bidegorri (camino rojo) habilitado en bastantes kilómetros. Me he fijado que algunas de las flechas del Camino Ignaciano marcan por distinto sitio que el de Sant Jaume. El día ha sido frío pero soleado. Solo a última hora se ha nublado un poco.
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Nota: Todas las imágenes son propiedad del autor del blogg.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Mi Camino Ignaciano. El regreso. (1)

Mi Camino Ignaciano. El regreso. (1)
 
Pasados unos días de descanso, comienzo a escribir esta crónica de mi último Camino andando. En esta ocasión es el Camino Ignaciano, pero a la inversa.
De regreso a casa tras cumplir la promesa de finalizar el Camino Ignaciano, en esta ocasión de Manresa a Loyola, las sensaciones vividas en éste Camino son diferentes a la vez anterior, que lo anduve de Loyola a Manresa.
El año pasado, a últimos del mes de febrero, comenzaba en Loyola el Camino Ignaciano hasta Manresa. A la llegada a dicha ciudad el día 16.03.2012, tras dieciocho días caminando, comenté que regresaría para hacerlo en sentido contrario.
Durante el mes de febrero de este año, lo he preparado todo para poder realizarlo. Me trasladé a Loyola para sacar la Credencial y conocí a la nueva encargada de la Oficina de Atención al peregrino, Inés Galdos.
Mi intención esta vez es de andar el Camino en dos o tres días más que la vez anterior para conocer mejor alguno de los lugares que en la anterior ocasión no lo pude hacer y porque una vez conocido el Camino, las posibilidades de alojamiento son mayores y la distancia de algunas etapas las puedo modificar con respecto a la anterior ocasión.
Tenía la experiencia de la vez anterior y sabía lo que me iba a encontrar, tanto orográficamente, como por los alojamientos, distancias etc. Tenía también la ventaja de conocer el terreno, el recorrido que ya estaba marcado por la flecha naranja, desde la entrada a Cataluña como en otras zonas del recorrido, aunque no en su totalidad.
Sigue faltando infraestructura para albergarse, aunque cada vez existen más opciones de alojarse en establecimientos económicos. He encontrado muchas personas y propietarios de establecimientos hosteleros que se van implicando en los entresijos de este Camino.
Por citar a algunos mencionaré: las chicas del albergue de Gallur; Mercedes, de la pensión Los Valles en Pina de Ebro; Sheyla, del Albergue de Calahorra; Elena, de la Pensión Silvano de Utebo; eli, de la Casa Rural Ibernalo, en Sta. Cruz de Campezo, etc.
En este Camino, otra ventaja que he tenido ha sido que desde Montserrat hasta Pina de Ebro coincide con el Camí de Sant Jaume o Camino Catalán de Santiago y desde esta población hasta Navarrete con el Camino de Santiago del Ebro, por lo cual es más fácil seguir el itinerario al estar todo él señalizado con la flecha amarilla, distintiva de dicho Camino.
La temida etapa de los Monegros entre Fuentes de Ebro y Bujaraloz de 48 Km, se puede programar de otra manera pues ahora existe alojamiento en Pina de Ebro.
He tenido experiencias agradables y menos agradables. Agradable, y mucho, fue encontrarme en Luceni con Lorenzo, “Wolf Piterman”. Un peregrino leonés al que conocí el año pasado cuando llegué a Montserrat. El estaba andando el Camino Catalán de Santiago con dos compañeros catalanes, desde el Cabo de Creus, con la intención de andarlo en varios tramos. Estuvimos juntos en el albergue de Gallur y al día siguiente caminamos juntos un tramo.
También coincidí esta vez con un peregrino alemán en Montserrat cuando llegué en la primera etapa. Comenzaba el Camino Catalán al día siguiente por el mismo camino que yo iba pero que hasta Castellnou de Seana, 88 km más adelante, no volví a coincidir con él.
Precisamente en este pueblo, Castellnou de Seana, tuve un desagradable contacto con el alguacil del pueblo, responsable del Albergue. Yo creo que el conflicto que tiene este señor, que para mí se lo ha creado él consigo mismo, con los responsables del bar Modern debería resolverse, para no perjudicar a los peregrinos.
En el resto del Camino, no volví a coincidir con ningún otro peregrino hasta el tramo entre Logroño y Navarrete. De Aquí en adelante hasta llegar a Loyola, tampoco me crucé con ninguno.
La anécdota curiosa, que en su momento me hizo pasar mucho miedo y que hoy me rio me pasó en Lapuebla de Labarca. Pasaba junto a un muro alto, de unos cuatro metros, y había en lo alto dos perros ladrándome. Yo, confiado por la altura de que no me podían hacer nada, les provoqué un poco. Uno de los perros, por la ira que tenía, se lanzó un poco hacia adelante y perdió pié. Caía encima de mí y me tuve que apartar. En el momento que se pegó contra el suelo, pegué tal grito por el miedo que tenía, que el perro se asustó más que yo y se fue corriendo.
Llegando a casa, a falta de tres etapas, tuve que interrumpir la marcha un par de días por el temporal de nieve que azotaba Euskadi, pues ese mismo día ya tuve que andar con nieve hasta más arriba del tobillo.
Finalmente terminé de andar el Camino el pasado día dieciséis de marzo, tras diecinueve jornadas andando y coincidiendo, por casualidad, con la misma fecha en que lo terminé un año antes.
A mi llegada me recibieron Inés Galdos, responsable de la Oficina del Peregrino, y Txema Vicente, Rector del Santuario de Loyola.

24.02.2013. Traslado a Barcelona y Manresa.
Con todos los preparativos realizados, éste día a las 8:16 tomo el tren Alvia en Zumárraga para trasladarme a Barcelona. Está cayendo una gran nevada en el pueblo. A las 13:18 llego a la estación de Sants de Barcelona y aquí mismo tomo un tren de cercanía a las 13:42 para trasladarme a Manresa, llegando a esta ciudad a las 15:02.
Debido a la hora que es, en la misma cantina de la estación como un bocadillo y a continuación me dirijo al Centro de Espiritualidad de la Cova de Sant Ignasi, donde tengo reservada la habitación para esta noche.
Recojo las llaves en la cocina pues hoy, al ser domingo, no está abierta la recepción. Me alojo en la habitación 102, que es la misma en la que estuvimos Aitor y yo la vez anterior en mi regreso a Manresa. Abono 35€ por la estancia y la cena de este día.
A las 16:30 me llama Gemma Alemán, del periódico Regió7 de Manresa, para hacerme una entrevista. Ya está en la puerta, así que bajo y hacemos dicha entrevista y luego bajamos hasta el Pont Vell para hacer unas fotos. Le pido que por favor me envíe un ejemplar del periódico, cuando aparezca la noticia y me comenta que será mañana.
Gemma me informa que se está celebrando una Feria Medieval en la ciudad, así que un poco más tarde me doy una vuelta por las calles adyacentes a la Seu y el Ayuntamiento. Muy buena organización, pues aparte de los puestos de venta, hay músicos por la calle, teatros, desfile de soldados, etc.
Regreso a la habitación, descanso un rato y bajo a las 20:30 a cenar. Lo hago en una mesa con una monja, Ana, que es de Zaragoza. Está de Ejercicios Espirituales. En el comedor se encuentra también otro grupo que está haciendo lo mismo. Entablamos conversación y da la casualidad de que conoce a mi primo Javier Legarra, Agustino Recoleto, y cuando éste se traslada a Zaragoza, le llama para conversar con ella.
La cena es ligera, pero suficiente: Sopa de fideos, ensalada, sándwich de jamón y queso y yogur, con vino y agua. Me despido de Ana y me desea suerte en el Camino. Después me voy a descansar a la habitación hasta el día siguiente.
En mi libro describo las distintas etapas realizadas y mis sensaciones al acabar cada una de ellas.
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