domingo, 1 de septiembre de 2013

Septiembre.


Septiembre.
Septiembre es el noveno mes del año en el calendario gregoriano y tiene 30 días. Su nombre, que viene de la misma raíz latina de "séptimo", se debe a que era el séptimo mes en el calendario romano. Según la Real Academia Española, "septiembre" es la forma preferida en el uso culto y ortográfico, y "setiembre" se considera informal.
De acuerdo con una tradición,  la piedra de septiembre es el zafiro, y su flor, la maravilla.

Refranes de Septiembre.
Marzo y Septiembre son cual hermanos: uno dice adiós al invierno y otro al verano.
Septiembre y Marzo, ventoleros ambos.
Septiembre es frutero, alegre y festero.
Por San Mateo, tanto veo como no veo.
Por el veranillo de San Miguel están los frutos como la miel.
Septiembre se tiemble, pues o seca las fuentes o se lleva los puentes.
Si en Septiembre comienza a llover, otoño seguro es.
Por Septiembre, come y vende; pero no sea tanto tu comer, que no tengas que vender.
Cuando en Septiembre acabes de vendimiar, ponte enseguida en octubre a sembrar.
Septiembre, en fin de mes, el calor vuelve otra vez.
En septiembre los melones se guardan en los rincones.
En septiembre, el que no tenga ropa que tiemble.
 

ODA A SEPTIEMBRE.
Pablo Neruda


Mes de banderas, mes seco, mes mojado,
con quince días verdes, con quince días rojos,
a medio cuerpo te sale humo del techo,
después abres de golpe las ventanas,
mes en que sale al sol la flor de invierno
y moja una vez más su pequeña corola temeraria,
mes cruzado por mil flechas de lluvia
y por mil lanzas de sol quemante,
septiembre, para que bailes, la tierra pone bajo tus pies,
la hierba festival de sus alfombras
y en tu cabeza un arco iris loco,
una cinta celeste de guitarra.

Baila, septiembre, baila con los pies de la patria,
canta, septiembre, canta con la voz de los pobres:
otros meses son largos y desnudos,
otros son amarillos, otros van a caballo hacia la guerra,
tú, septiembre, eres un viento, un rapto,
una nave de vino.
Baila en las calles, baila con mi pueblo,
baila con Chile, con la primavera,
corónate de pámpanos copiosos
y de pescado frito.

Saca del arca tus banderas desgreñadas,
saca de tu suburbio una camisa,
de tu mina enlutada un par de rosas,
de tu abandono una canción florida,
de tu pecho que lucha una guitarra,
y lo demás el sol, el cielo puro de la primavera,
la patria lo adelanta para que algo te suene en los bolsillos:
la esperanza.

SEPTIEMBRE.
Autora: Menchu Cuesta Pérez

Ya llega Septiembre, ya se va el calor,
comienzan las clases. ¡Todo es ilusión!
Ver a mis amigos, jugar al balón,
sentir las caricias en el corazón.

Pintar de colores un mundo mejor,
aprender las letras y hacerme mayor.
Yo tengo en mi cole un montón de amigos.
Yo tengo una profe que me da cariño.

Días de colegio, no hay nada mejor.
Compartir los sueños sintiendo emoción.


El Jilguero. “El Príncipe de los indígenas. El arco iris alado”.
 
EL PRINCIPE.
Alfonso Domingo Gil

Princesa del arco-iris

esconde bien tus chivones
pues ese hogar tan mullido
buscan los predadores.

Y un muchacho que ofrece

palacio en jaula de oro,
pues siempre fue un cautivo
del capricho y el antojo
en ella a tus hijos quisiera
por ver si son como orugas de bosque
que, tras la muda, se convierte
en mariposas de colores.

Princesa del arco-iris

a veces tus colores se apagan
cuando altivo posa junto a ti
el príncipe de la acrobacia
¡el rey del equilibrio en las gramíneas!
el infante que del cardo araña
las semillas que germinan en los barbechos
de las pobres tierras de España.

Príncipe del arco-iris
cuando camino por esas tierras
maldigo al pajarero, sus redes y cimbeleras
y cuando oigo vuestro canto
levanto enseguida mi mirada al cielo
buscando el vuelo ondulante
de, quizá, el pájaro más bello.

¡Príncipe del arco-iris

símbolo de resurrección!
cuando os recuerdo, me acuerdo
de aquel niño que fui yo.

CAMINOS.
Antonio Machado

De la ciudad moruna
tras las murallas viejas,
yo contemplo la tarde silenciosa,
a solas con mi sombra y con mi pena.

El río va corriendo,
entre sombrías huertas
y grises olivares,
por los alegres campos de Baeza.

Tienen las vides pámpanos dorados
sobre las rojas cepas.
Guadalquivir, como un alfanje roto
y disperso, reluce y espejea.

Lejos, los montes duermen
envueltos en la niebla,
niebla de otoño, maternal; descansan
las rudas moles de su ser de piedra
en esta tibia tarde de noviembre,
tarde piadosa, cárdena y violeta.

El viento ha sacudido
los mustios olmos de la carretera,
levantando en rosados torbellinos
el polvo de la tierra.
La luna está subiendo
amoratada, jadeante y llena.

Los caminitos blancos
se cruzan y se alejan,
buscando los dispersos caseríos
del valle y de la sierra.
Caminos de los campos...
¡Ay, ya, no puedo caminar con ella!


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