jueves, 7 de febrero de 2013

Larraintzar. Navarra.

Larraintzar. Navarra.

Larraintzar es uno de los concejos que componen el ayuntamiento del Valle de Ultzama, y ejerce de capital administrativa y social del municipio, ya que en esta localidad se encuentran la Casa Consistorial, el Colegio Público, el Centro de Salud, el frontón-polideportivo y las piscinas municipales. Ocupa una superficie de 5,04 km2, está ubicado en la parte Oeste del Valle, encontrándose a una altitud de 560 m. y en la orilla derecha del río Arakil. Limita al Norte con el monte comunal, al Sur con Gorrontz y Beunza, al Este con Lizaso y al Oeste con Auza. La población del concejo, en 2012 era de 128 habitantes.
El nombre de Larraintzar alude a las eras viejas, ya que el topónimo procede del vasco larrain, era y za(h)ar, vieja.
En 1575 el valle de Ulzama se vio envuelto en un proceso de brujería. Entre otras brujas, figuraban algunas de Larraintzar. El bachiller Ozcoidi se trasladó a Ultzama, efectuando algunas detenciones. En este caso se impuso la moderación gracias a los buenos defensores que encontraron los acusados entre sus convecinos. La primera de las sentencias condenó a tres acusados a cinco años de destierro, pero fueron posteriormente rebajadas sus penas al pago de una pequeña multa.
Al final de la guerra napoleónica, en el año 1813, se estableció en Larraintzar un hospital para el cuidado de los numerosos heridos de las tropas aliadas y de los guerrilleros de don Francisco Espoz y Mina. El 26 de diciembre de 1822 tuvo lugar un combate en Larraintzar entre tropas constitucionales y una partida realista, con resultado desfavorable para esta última. La primera guerra carlista comienza en 1833. Una masa de campesinos y clases urbanas bajas se había levantado en armas contra el ejército liberal preferentemente en las provincias vascas y Cataluña. Don Carlos pasará la frontera de Francia a Navarra en 1834 y se establece con su corte en las provincias vascas. Las fuerzas liberales al mando de Rodil estuvieron a punto de cogerle en Larraintzar el 12 de julio de 1834. Gracias a un labrador llamado Esain, que le llevó a un lugar seguro, pudo Don Carlos salvarse. Como reconocimiento por haberle salvado la vida, Don. Carlos concedió a Esain el título de conde de la Casa de Esain. El 29 de mayo de 1835 tiene lugar la famosa batalla de Larraintzar, tan favorable para los carlistas.
Antes y después de las reformas municipales de 1835-1845 Larraintzar formó parte de un único ayuntamiento del Valle, aunque gozase de autonomía que los demás pueblos del valle, para resolver sobre sus asuntos exclusivos. Existe documentación de 1847 en la que se indica que el concejo de Larraintzar contaba con dos escuelas, una de niños y otra de niñas, a las que acudían respectivamente 50 y 20 alumnos; ambas se sostenían por la Fundación Maestría de Larraintzar, institución creada en 1927 por Miguel de Arístegui de Ziganda, con el fin de proporcionar la enseñanza Primaria gratuita a los niños y niñas de la localidad y los de los concejos de Auza, Gorrontz y Lizaso. La fundación permitía dotar al maestro con 3.460 reales y a la maestra con 1.127.
En esta época el curato era de provisión vecinal; los caminos eran locales y de estado no demasiado acondicionados; se recibía el correo desde Pamplona por el valijero del valle y funcionaba un molino harinero.
En arquitectura civil lo más interesante de Larraintzar es su caserío, compuesto de grandes casas, la mayoría del siglo XVIII y algunas del XIX. Próximo a la Venta de Larraintzar se encuentra un puente románico.
La iglesia está consagrada a San Pedro, es de tipo renacentista ya que la anterior fue destruida por un incendio en 1564 y, al parecer, fue un indiano llamado Miguel Tomás de Aríztegui, residente en Méjico y probablemente natural de este lugar, quien sufragó las obras de la nueva fábrica, entre 1827 y 1830, siguiendo las trazas dadas por el arquitecto Fidel Villanueva.
Larraintzar celebra sus fiestas patronales el primer domingo de agosto.
Si quieres descansar y comer bien, aquí hay un buen sitio: En el verde valle de la Ultzama, en Larraintzar, se ha rehabilitado un viejo caserío de 1904 convirtiéndolo en un simpático y acogedor hotelito rural, Hotel Gartxenia. El respeto a la sabia arquitectura popular, junto a los antiguos muebles familiares y los precisos toques de modernidad, han ayudado a conseguir un conjunto cálido y acogedor ofrecido con todo cariño por Txomin y Koxko.
Tiene una amplia zona verde con mobiliario de jardín en el que disfrutar la limpia atmósfera del valle, disfrutando de la lectura, descansando o simplemente con una agradable tertulia.
Dispone de 5 habitaciones dobles, con cama de matrimonio. Cada habitación ha sido decorada individualmente para proporcionar un ambiente acogedor y romántico. La conexión wi-fi permite su utilización incluso en el jardín. Establecimiento exclusivo para adultos.
A continuación el reportaje fotográfico.
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