Olite. Navarra.
La silueta esbelta y armoniosa de su castillo-palacio domina Olite. Erriberri, en euskera y de forma cooficial. Pequeña ciudad situada en el centro geográfico de Navarra, a 42 kilómetros al sur de Pamplona. Con una altitud de 388 metros sobre el nivel del mar, es la cabeza de la merindad del mismo nombre, y que corresponde con el mismo territorio del Partido judicial de Tafalla. Su población en 2012 fue de 3 832 habitantes y su gentilicio es: olitense, olitejo.

En la abundante documentación medieval se utilizan diversas variantes en la denominación del lugar: las formas romances OLHIT, HOLIT, OLLIT, OLIT o sus formas latinas OLETI, OLETO y OLETUM. Es probable que el nombre de Ologicus, Oligitum, esté relacionado o haga referencia a "olivos", argumento que se ve reforzado por la presencia de un olivo en los diferentes escudos de la ciudad y el cultivo de olivos desde la antigüedad.

En cuanto a su nombre vasco Erriberri claramente significa tierra nueva y su origen debió ser durante La Reconquista al haber permanecido durante muchos años por aquí la frontera entre los dominios cristianos y musulmanes. En este texto del historiador Esteban de Garibay del siglo XVI, se cita de la siguiente manera: Esta villa de Olite en la lengua Cantabra, que era la mesma que estos Vascones hablauan, es aun hoy día llamada Erriuerri, que significa tierra nueua, como lo era esta por ellos edificada, aunque otros corrompiendo el nombre dizen Arriberri, que significa piedra nueua.
Por los restos arqueológicos se conoce que en época imperial romana, siglo I d. C., un fuerte cinturón amurallado defendía un pequeño altozano en el que más tarde se fundaría la villa medieval. Además alrededor del núcleo urbano actual se han encontrado restos de villas romanas. San Isidoro de Sevilla en su Historia de los Reyes Godos nos ofrece la primera referencia escrita sobre Olite: según el citado obispo de Sevilla, el rey godo Suintila fundó la ciudad de Oligicus u Ologite en el 621 y la volvió a fortificar para hacer frente a los vascones.
Desde sus brillantes momentos en el siglo XV y hasta el siglo XIX, experimenta un eclipse político y un fuerte descenso demográfico. A comienzos del siglo XIX son de destacar los graves problemas de los comunales y el interesante fenómeno del cooperativismo agrario. En Olite se fundó la primera cooperativa de Navarra y tercera de España.
Tras siglos oscuros, la villa comenzó una etapa de esplendor durante la Baja Edad Media, al ser elegida como una de las sedes favoritas de los reyes de Navarra. A partir del siglo XV el rey Carlos III «el Noble» y su esposa Leonor de Trastámara comenzaron la construcción del espléndido Palacio Real de Navarra que ocupa un tercio del casco urbano medieval, reflejo del brillo de toda una época. Felipe IV le concede el título de ciudad en 1630.


Uno de sus principales encantos es el aparente desorden de su diseño. Esto se debe a que su construcción nunca se afrontó como un proyecto de conjunto, debiéndose el resultado final a las continuas obras de ampliación y reformas que se sucedieron durante siglos. El conjunto formado por sus estancias, jardines y fosos, rodeados por las altas murallas y rematados por las numerosas torres, le confieren una espectacular y mágica silueta. En su época, llegó a ser considerado como uno de los más bellos de Europa.



La visita a la ciudad no será completa si no degusta los vinos de las bodegas y cooperativas que abundan en la ciudad y alrededores. Adscritos a la Denominación de Origen Navarra, se pueden catar en la Fiesta de la Vendimia (primera quincena de septiembre), y ampliar los conocimientos sobre el vino visitando el Centro de Exposición de la Viña y el Vino, situado en la plaza Teobaldos.
OLITE Y LOS CAMINOS A SANTIAGO.
Peregrinos, hospitales, altares dedicados al santo, tallas de Santiago, cofradías, etc, testimonian la relación de Olite con Santiago y la peregrinación. Quedaba al margen de la ruta tradicional del Camino de Santiago, pero formaba parte del entramado de los Caminos a Santiago que de Este a Oeste atravesaban la península durante la Edad Media. A su emplazamiento en el llevadero camino de las tierras riberas hacia Pamplona, y lugar de paso de aquellos peregrinos que se desviaban para visitar el santuario de Ujué, se unía su prosperidad económica y demográfica, y la fuerte atracción que ejercía como sede real tanto en peregrinos como en personajes ilustres.

A lo largo de la Historia Olite ha contado con hospitales promovidos por la iglesia, la iniciativa caritativa de cofradías, como la de Santiago y Rocamador, y municipales, que han atendido a pobres, necesitados, y a transeúntes y peregrinos. Mención especial cabe darle a la orden de San Antón, que hizo del convento de Olite una de las dos Preceptorías generales de la península, erigiendo un convento-hospital que se mantuvo pujante hasta la extinción de la orden en 1787.

Los olitenses han dejado patente su devoción hacia Santiago a lo largo del tiempo. En testamentos del Archivo de San Pedro se conservan varias fundaciones y aniversarios instituidos sobre el altar del santo y dos mandas testamentarias recogen la voluntad del difunto para que una persona realizara la peregrinación a Santiago para pedir por su alma. Las Ordenanzas del Concejo de 1412 recogen la pena de "yr a Sant Jayme de Gallizia", impuesta a los condenados por adulterio, si éstos no pudieran pagar el importe de la misma.
En el siglo XVI se fundó la Cofradía de Santiago en la iglesia de San Pedro y perduró hasta mediados del siglo XIX, siendo una de las obligaciones de los cofrades realizar la peregrinación a Compostela. Olitenses significados adquirieron el rango honorífico de caballeros de la Orden de Santiago.
A continuación el reportaje fotográfico.
Pulsando sobre las imágenes aumenta su tamaño.

























































Nota: Todas las imágenes son propiedad del autor del blogg.

No hay comentarios:
Publicar un comentario