jueves, 19 de febrero de 2015

Los Templarios (IV).

Los Templarios (IV).
Iglesias que guardan secretos templarios.

Iglesias que guardan secretos templarios.
Los enclaves de la Orden del Temple se extienden por toda la geografía española dotándola de aires de leyenda medieval. Aunque nació en Jerusalén de manos de franceses y flamencos, la Orden del Temple pronto se convirtió en una fuerza que dominó Europa, volcándose de forma especial en la Península Ibérica.
La historia medieval española estuvo profundamente marcada por los casi dos siglos de presencia de la Orden que fue viendo como con cada hazaña crecían su reconocimiento y dominios en forma de enclaves a lo largo y ancho de España.
Los templarios ayudaron a la reconquista de terrenos del reino de León, lo que hizo que se les legase la custodia de numerosas fortalezas así como terrenos del Camino de Santiago, para la protección de los peregrinos.
En toda Europa únicamente fue en España donde los Templarios echaron mano de sus armas para defenderse de la entrega de sus posesiones y ponerse bajo la custodia de los funcionarios reales. Los dos focos principales de esta resistencia fueron Aragón y Castilla.
La resistencia de los templarios ante la realeza hizo que el pueblo les ayudara, por un sencillo mecanismo psicológico conocido como proyección, pues el pueblo llano idealizó al Temple y vieron en los Templarios muertos una especie de mártires defensores de la justicia.
 
Iglesias y Ermitas.

Se trató de tapar la historia de los templarios tras la eliminación de la Orden. Se destruyó la documentación que databa y daba carta de naturaleza a monasterios, iglesias y ermitas. Se trató, por todos los medios, que la cultura popular olvidara a aquellos caballeros que portaban con orgullo sus rojas cruces pintadas en el pecho, pero quedaron las piedras.
Y las piedras hablan. Y cuentan muchas cosas de los templarios y su gusto por el esoterismo, la alquimia y la magia, como por ejemplo en explicación siguiente.
En el norte de la provincia de Soria se encuentra un lugar con un río y dos paredes verticales que conforman hoy un parque natural de singular belleza: el Cañón de Río Lobos. Y allí se encuentra la historia hecha piedra.  La ermita de San Bartolomé (San Bartolo) con sus leyendas Templarias. Esta ermita se halla a la misma distancia, en metros, de los límites más externos al este y al oeste de la península Ibérica. La unión entre el punto de ubicación de esta ermita con otros templos templarios de la península forma una cruz de malta, el símbolo de la orden.
Al norte de San Bartolo, en la provincia de Navarra, en un descampado se alza la ermita de Nuestra Señora de Eunate, llena de simbolismo, de energía y de luz.
Al oeste de Eunate, en tierras burgalesas se encuentra otra pequeña ermita: Santa María de Siones, también puro simbolismo, energía y luz. Ubicándolas en un mapa, hay la misma distancia en línea recta entre San Bartolo y Eunate que entre San Bartolo y Siones, mientras que entre Eunate y Siones la distancia es dos tercios la medida anterior, por lo que forman un triángulo isósceles. No se puede hablar de casualidades, la misma situación de San Bartolo está en el punto medio equidistante de los bordes este-oeste de la península.
Dos entornos que tienen muchas similitudes. Los dos hablan de misterio, círculos cerrados de conocimiento y claves escritas para ser leídas por los iniciados. Iniciados que adquirieron sus conocimientos entre estas piedras templarias de estas dos ermitas.
Son muchas las Iglesias templarias repartidas por la península y a continuación veremos algunas de esas Iglesias a las que algunos estudiosos les asignan la condición de templarias y que guardan tanto en su interior como en el exterior que las identifican con la Orden.
 
Nuestra Señora de Eunate. (Navarra).
Eunate es una voz en euskera que significa cien puertas. Fue construida cerca de Puente 
la Reina, Navarra, en estilo románico en la segunda mitad del siglo XII. Primeramente se trató de una ermita mariana de una cofradía local. También se considera a Eunate la casa de retiro e iniciación de los caballeros templarios en la zona. En las tumbas que se hallan en la iglesia se han encontrado vieiras por lo que se cree que fue un hospital para los peregrinos.
Se halla en el lugar donde se juntan los Caminos de Somport y de Roncesvalles y en un lugar mágico. Su subsuelo lo recorren tres corrientes telúricas que forman un cúmulo de energías. Los caballeros del Temple escogían los lugares de sus emplazamientos y sobre todo cuando se trataba de lugares de iniciación.
El conjunto es de planta octogonal imperfecta y su armonía queda rota por un ábside pentagonal y una torreta de planta cuadrada rematada en una semi-cúpula. En los muros exteriores se alternan ventanas caladas y ciegas y dos puertas de acceso, la del norte, muy decorada, Con dos puertas de acceso; en el lado norte la principal ante el Camino, abocinada y muy decorada y otra de más sencilla hacia poniente.
Los sillares de los muros nos muestran las marcas que los canteros grababan con signos especiales. Algunas informaciones orientan el ábside hacia el sur, algo extraño y poco común en los templos cristianos, pero con una brújula magnética la orientación de la ermita el eje de la misma es de 100° variando varios grados según se acerca o se aleja del interior de la ermita provocado por la naturaleza del subsuelo.
La cubierta está sustentada sobre ocho semi-arcos que la dividen en ocho segmentos diferentes puesto que las paredes del octógono son también diferentes y en cada tramo de la cubierta hay un lucernario. Cuatro octogonales y otros cuatro hexagonales, distribuidos alternativamente. Más señales templarias.
Estas divisiones muestran la marca oculta del Temple. Los lucernarios octogonales forman una perfecta cruz patada, añadiendo el ábside se forma una cruz ansada o cruz egipcia, y si prescindimos de ella con la cruz tau.
Está rodeado por una galería porticada de treinta y tres arcos, con capiteles decorados y cinco aberturas para acceder a la ermita. Los catorce pórticos que dan al lado de la puerta principal, son dobles y tienen el capitel decorado. Los restantes son cúbicos y sin decoración.
Otro símbolo templario se halla en el capitel de una de las columnas ya que se ve un crucificado sin cruz. Los caballeros templarios la consideraban un medio de tortura y, por lo tanto, como un objeto no digno de adoración. En las arquivoltas de la puerta trasera hay unas estrellas de ocho puntas, otro claro símbolo templario.
En la puerta principal y en los capiteles de las columnas que delimitan el espacio de paso, hay dos relieves que muestran a seres con la barba recogida en espiral. Si los miramos al revés, son dos bafomets, otro signo templario.
También una serie de figuras en los arcos de la puerta, como animales mitológicos, hojas y una figura que muestra un templario sobre la cabeza de un bafomet. Similar a esta figura se ha encontrado se ha encontrado otra en una iglesia templaria de la provincia de Burgos.
 
Puente la Reina. (Navarra).
A escasos kilómetros de Eunate se encuentra la localidad de Puente la Reina, donde todo el pueblo rezuma a templario y donde las crónicas sitúan la casa madre de los templarios y Eunate la casa de retiro e iniciación de los caballeros. Esta dualidad aparece en otros lugares por lo  que no sería de extrañar que así fuese.
A la entrada de la localidad, los peregrinos se detienen en la plazuela de la calle del Crucifijo. La Iglesia del mismo nombre, vinculada en su origen a la orden de los templarios, guarda en su interior una misteriosa talla: un crucifijo de grandes dimensiones cargado de leyenda y considerado una de las mejores obras de la imaginería gótica que se conservan en España. La figura de la Cruz es en aspa, y mostrando también, según algunos estudiosos, los signos templarios en la sillería de sus muros donde se encuentran cantidad de cruces patadas, bafomets, figuras de animales mitológicos e imágenes asociadas al Temple.
El templo data de finales del siglo XII y fue fundado con el nombre de Santa María de los Huertos, por la Orden del Temple. Después de su expulsión en 1312, la orden militar de San Juan de Jerusalén se hizo cargo de sus bienes en la villa en 1443. A mediados del siglo XV se crearon junto a la iglesia, el convento de Sanjuanistas y un hospital para el cuidado de los peregrinos que se dirigían a Compostela.
El origen del Cristo no está claro. La hermosa talla gótica, de la primera mitad del siglo XIV, se ha relacionado con los modelos de la Alemania renana por su forma de "Y" sobre maderos que imitan un árbol sin descortezar. También se observa la influencia italiana en el fino tratamiento de los rasgos faciales del Cristo y en la disposición de sus pies. Destaca su expresión de dolor, acentuada por los brazos colocados en una "V" muy pronunciada y por el fuerte dinamismo de su torso y piernas.
Aunque se le atribuye un posible origen templario, no existen datos que lo confirmen, puesto que el primer documento que hace referencia a esta pieza data de 1325 y la Orden del Temple fue expulsada en 1312. Una leyenda cuenta que el crucifijo fue donado por unos peregrinos alemanes que, a su regreso de Santiago, agradecieron el buen trato recibido en el hospital de peregrinos de Puente la Reina obsequiando a la iglesia con la cruz que habían llevado a cuestas durante su peregrinación.
 
Iglesia del Santo Sepulcro. (Torres del Río. Navarra).
Poco antes de abandonar Navarra, el Camino de Santiago, nos ofrece este bello y recogido 
ejemplar del románico del siglo XII, que fue capilla funeraria y faro del Camino de Santiago.
Según algunos historiadores, el Santo Sepulcro de Torres del Río podría haber sido obra de los caballeros del Temple. Este extremo no se ha podido confirmar pero añade misterio a esta obra, que fue construida a semejanza del templo del Santo Sepulcro de Jerusalén, pero adaptando los conocimientos islámicos a la manera de construir de los cristianos.
De planta octogonal, la iglesia del Santo Sepulcro es un raro ejemplo del arte medieval, ya que frente a la horizontalidad y pesadez del románico, en este templo todo conduce a la verticalidad. En su interior, la impresionante bóveda de nervios entrecruzados le hará recordar el arte hispanomusulmán.
La iglesia del Santo Sepulcro se encuentra integrada en el casco urbano de Torres del Río, pequeña localidad jacobea situada en la Zona Media de Navarra, entre lo alto de una colina y una profunda hondonada, ya cerca de tierras riojanas. El visitante se encuentra ante una joya del románico, edificada en torno a 1170 como réplica de la basílica de Jerusalén, en la que la forma circular se ha sustituido por otra poligonal.
Ligada desde su origen al Camino de Santiago, fue faro de peregrinos, a quienes orientaba gracias a la luz prendida en la linterna que corona el edificio. El terreno que la circunda, sirvió además como cementerio de caminantes.
La planta octogonal, con un acabado perfectamente compensado, es un edificio sobrio y armonioso en el que se diferencian claramente tres cuerpos: el primero de ellos, ciego; el segundo, iluminado por dos pequeñas ventanas; y el superior, abierto en ventanas de medio punto que iluminan la espléndida cúpula interior.
A ambos lados, el edificio conserva el ábside y una torre cilíndrica, y sobre el tejado de ocho aguas, se erige una linterna también octogonal que reproduce en miniatura el propio cuerpo del templo.
Si queremos acceder al edificio, lo haremos por la puerta del lado sur, cuyo tímpano nos presenta una cruz patriarcal, insignia de la Sagrada Orden Militar del Santo Sepulcro de Jerusalén.
En el interior, la mirada se alza hacia la magnífica cúpula de gruesos nervios de influencia califal que corona el conjunto y que dibuja una estrella de ocho puntas iluminada por una luz tenue luz que se filtra por las celosías. Su nervadura recuerda modelos islámicos similares a los de algunas mezquitas, lo que permite especular con la posibilidad de que el monumento fuese construido por artesanos mudéjares que habrían llegado a Torres del Río desde la orilla del Guadalquivir.
Y en el ábside, custodiando el templo, un Cristo del siglo XIII, también conocido como el Santo Cristo de los Caballeros del Sepulcro. También observan delicadas columnas, y capiteles de influencia morisca que reproducen monstruos y centauros.
 
Santa María de Siones. (Burgos).
Al norte de la provincia de Burgos se encuentra el valle de Mena. Donde se encuentra 
Siones de Mena con una ermita especial protegida por la sierra Salvada, ¿el Mont Salvat? Curioso.
Construida en el siglo XII, según la tradición no documentada, de origen templario. Es estilo románico y consta de una nave con un crucero que alberga dos capillas.
Su ábside es semicircular, formado por arcos de medio punto, adosados a la pared y a dos alturas, formando entre sus columnas una bancada dando al lugar el aspecto de lugar de reunión alrededor del centro del ábside. La orientación es la misma que en Eunate. El eje del ábside señala los 100º, la misma medida, por lo que su orientación es muy próxima al este.
La capilla correspondiente al lado izquierdo, contiene un sagrario de piedra decorado con un símbolo griálico. En la misma, y a la altura de un metro parte una escalera de caracol estrecha que lleva a un lugar para una sola persona y tiene una ventana que se abre hacia el interior, teniendo todas las características similares a las que se ven en otras ermitas iniciáticas de los templarios.
En la otra capilla se ve en piedra una mujer de raza negra, estirando de los pelos a un demonio y sobre él un inmenso ibis.
Las columnas del interior están talladas representaciones de justas y motivos florales. Hay una talla de una barca que se acerca a la costa con muchas personas a bordo. No es la única en la que se encuentra esta representación, pues parece da noticia de la llegada de peregrinos a Santiago, aunque podría ser también de la llegada por mar del Santo Gríal.
 
Iglesia de San Lorenzo en Vallejo de Mena. (Burgos).
A tres kilómetros de Siones se encuentra Vallejo de Mena con una iglesia románica del 
siglo XII dedicada a San Lorenzo destacando su construcción, hecha con piedra de gran calidad. Aquí también las piedras hablan. Lo mismo que se considera a Puente la Reina como casa madre y Eunate lugar de iniciación, ocurre con Vallejo y Siones.
Si hay dudas de que la ermita de Siones era un lugar de iniciación y retiro templario, en San Lorenzo se aclaran muchas de las claves y símbolos que allí estaban ocultos.
En el interior de la iglesia, hay varias figuras de animales fantásticos, entre los que dominan los glifos.  En uno de los capiteles también, como Siones, encontramos la barca con los peregrinos o que porta el Santo Grial.
También hay una pila bautismal, en la que hay varias figuras grabadas, entre ellas varias cruces templarias. También en el ábside, en un monumento funerario que parece posterior a la época, se encuentra una estela funeraria con la cruz templaria como motivo decorativo.
La puerta principal, que da al oeste, está decorada con profusión figuras. Demonios, centauros, ángeles, glifos, una persona tocando un violín, personas desnudas, con bolsas con borlas, con aperos de labranza al hombro, una mujer con una escoba y una también una figura similar, aunque más pequeña, otra que hay en Eunate: un templario sobre la cabeza de un bafomet.
 
San Bartolomé o San Bartolo de Río Lobos. (Soria).
"Silencios Templarios que se oyen a lo lejos. De cómo se puede rezar en multitud, estando solo".
En la localidad de Ucero, en Soria, se encuentra la ermita de San Bartolo. Una edificación de estilo pre-gótico con muchos elementos del románico. Poner el pié en el cañón y seguir la senda junto al río que bañó los cuerpos de aquellos Caballeros Templarios, y que da nombre al lugar de Cañón de Río Lobos, nos lleva a uno de sus mas escondidos parajes.
Los monjes templarios levantaron aquí una construcción románica en el primer cuarto del siglo XIII con alguna influencia de un incipiente gótico. Es el lugar más visitado del cañón del río Lobos y destila magnetismo por los cuatro costados. Formaba parte de un cenobio templario del que sólo se conserva la capilla.
El marco elegido no puede ser más impactante. Los elevados cantiles encierran al río en un corsé húmedo y oscuro la mayor parte del año. Está llena de símbolos que para muchos demuestran la relación de los templarios con el esoterismo y las energías ocultas.
Así nos relata Ángel Almazán en su libro "Por tierras de Soria, La Rioja y Guadalajara", el enclave  y la ermita:
“En un meandro del río Lobos, protegida por cantiles enormes, con el buitre leonado como vigilante eterno y psicopompo desde la época celtíbera, con una enorme cueva donde oficiar los Misterios de la Magna Mater, y asentando sus cimientos en la firme roca, se encuentra uno de los Centros del Mundo más misteriosos de Europa: la ermita de San Bartolo, antiguo templo del monasterio templario de San Juan de Otero. Todo él es de sillería, para que las energías sutiles no se dispersen y puedan concentrarse y favorecer a todo Peregrino del alba que busque la Gnosis. Tiene este templo muchas similitudes con San Juan de Duero (Soria): planta en cruz latina, hastiales rematados en triángulos, románico tardío y protogótico”.
La fecha de construcción parece ser del primer tercio del siglo XIII y algunas marcas de cantería delatan manos aquitanas en la labra de los sillares. El magnífico crismón del ábside nos está indicando igualmente que la iglesia fue construida por una cofradía de los Hijos del Maestro Jacques que perdura hoy en Francia con el nombre de compañeros Pasantes del Deber, y por tanto el templo que estamos contemplando formaba parte de los Mil Caminos de Santiago con una particularidad esencial: era además un Centro del Mundo con todo el telurismo y el simbolismo necesario para que el Espíritu atravesara el cuerpo y el alma de los Adeptos.
La vinculación con la Orden del Temple está probada y junto a ella se abren misterios que quedan por  resolver.
Con una nave en forma de cruz latina con una orientación que se aproxima al este, la portada hacia el sur y otra al norte, ahora tapiada con sillares. Frente a la ermita un puente atraviesa el río para llegar a la entrada de una gran cueva. La orientación es similar y se entra por el oeste profundizando en la montaña hacia el este. Un lugar mágico que, seguro, tuvo que ver con la ubicación de la ermita.
Mágico es mirar la ermita desde el interior de la cueva, entendiendo el entorno de San Bartolo como un lugar natural de quietud y silencio. Silencio que hoy se rompe con la pequeña campana de la ermita, claramente más moderna, pero no hay rastro de ningún campanario que hubiese antiguamente como si los templarios no quisieran llamar la atención.
En la portada principal, hay grabado un símbolo identificado como una salutación a María. Son dos uves opuestas y sobrepuestas que rematan tres de sus cuatro vástagos con cruces con el saludo de Ave María y en su centro, el rombo que figurando ser la matriz de la Madre Tierra.
Como en otras construcciones románicas y góticas, en las piedras de San Bartolo, abundan los signos de cantero. Extrañas marcas identificadas con señales para contabilizar el trabajo de los canteros para abonarles por su trabajo. Signos similares se ven en Salas de los Infantes que es del XV cuando la ermita de San Bartolomé es del siglo XIII apreciándose en algunos sillares de ésta última dos señales de cantero. Podrían ser símbolos informativos con informaciones cifradas que solo los iniciados pudieran leer y comprender. Incluso se podría relacionar alguno de estos símbolos con la posición en el cielo de determinadas constelaciones.
Algunos misterios de los Señores del Temple se pueden observar en esta ermita. En un lateral del crucero, junto a la portada principal, hay un canecillo que parece representar un tabot etíope, representaciones esquemáticas del Arca de la Alianza, que también podemos observar en su interior pues en uno de los capiteles se puede ver la misma figura.
También conforma un mundo de simbolismo esotérico que se repite en otros lugares, la cantidad de animales, figuras gemelas, un crismón, barriles alquímicos, cabezas rematadas en círculos, una hache enigmática, etc., representados, para ser leídos por los iniciados en el secreto de sus representaciones.
Llaman la atención los óculos del crucero. En cada uno hay un pentáculo invertido, formado por diez corazones diferentes, entrelazándose cinco, formando un pentágono central. Todos éstos son símbolos iniciáticos que pueden tener mil lecturas. Que nos hablan de los Templarios como catalizadores de culturas milenarias que convivían en el tiempo y que luchaban entre ellas con las armas.
Los Templarios recogieron la información que encontraron sobre arte, ciencias, pensamientos, filosofías, vivencias y los lugares por donde pasaron, guardando esos conocimientos a buen recaudo y a salvaguarda de los tiempos. Los óculos de la ermita de San Bartolo hablan de todo ello siendo el mayor misterio y quizá la mayor prueba de que, en tiempo de guerra, los Templarios hicieron la paz para adquirir conocimientos.
Desde el suelo de roca que sirve de base a la ermita, se encuentran a la altura de la portada trasera quince hileras de sillares y en el contrafuerte junto a la portada principal otros veinticuatro. Son ya treinta y seis los sillares al comienzo del ábside y treinta y nueve en el extremo del mismo.
Puesto que en la puerta principal hay unos escalones que bajan hacia a la ermita por su parte interior, el suelo de la misma está sobre los sillares de la fila veintisiete. Hasta la treinta y nueve hay dos metros de altura que parecen esconder algo. ¿Una cripta? ¿Qué por debajo de la ermita se prolongue la cueva grande u otra cueva que sirvió de eremitorio, como en otras ermitas templarias? ¿Qué señalan los báculos clavados en tierra esculpidos en el ábside en sillares contiguos y tan cerca del suelo?
Ellos buscaron allí lo importante y algo encontraron, edificando para salvar el lugar y las energías que emanaba. Energías vivas, energías que se sienten en el aire, en las rocas, y en el agua.
El mayor secreto de los Caballeros Templarios es que no tenían secreto alguno. Lo dejaron todo escrito en la piedra. Las piedras hablan, pero hay que saber escucharlas y entenderlas. Lo realmente importante no es el tipo de construcción, sino el lugar dónde se ubica. Y ninguna de las dos cosas sería importante sin la presencia de los Templarios.
 
Iglesia de Santa María do Campo. (A Coruña).
Algunas fuentes, influenciadas por la localización de lo que fue en los siglos XII-XIII, la 
importante y a la vez misteriosa Bailía templaria de Faro, promovida por el interés que la Orden generaba en Occidente, así como por el interés de algunos de los más importantes nobles gallegos que así aseguraban la presencia de unos guerreros para hacer frente a las incursiones normandas, consideran la posibilidad de que esta iglesia, dedicada a la figura de una peculiar Nuestra Señora, contiene algunas singularidades que tuvieron que ver con la antigua orden medieval de monjes-guerreros.
Como en otros lugares de la costa, Noya y Betanzos, en el tímpano principal se encuentra un mito que parece constituir una constante en el románico de la costa coruñesa: la Adoración de los Magos. También, como en Noya y Betanzos, la interpretación que el cantero hace con sus elementos y detalles, hace que merezca la pena centrar la atención, donde la numerología parece tener cierta relevancia.
Como los ocho ángeles que en la arquivolta principal escoltan a cinco figuras que parecen corresponder a un Pantocrátor, con la figura central de Cristo y los cuatro evangelistas, dos a cada lado. La Adoración Magi del tímpano también juega con la numerología pues lo hace con seis personajes entre magos y familia evangélica, añadiendo varios elementos que podrían considerarse como novedosos e incluso únicos: la presencia a ambos extremos, de dos singulares edificios de forma circular, tipo torre, que además de contar con el detalle artístico de sus puertas y ventanales.
El de la izquierda, tiene tres cabezas que pueden considerarse como bóvidos, asociadas a esa simbólica vaca solar o vaca cíclica que cuenta con numerosas referencias en la heráldica de uno de los linajes más antiguos de Galicia, como es el de los Becerra y que también están presentes en la nave del templo de San Francisco de Betanzos y en la enigmática iglesia de Santa María a Nova  de Noya, en el frontal del sepulcro de un misterioso personaje, Ioan de Estivadas, quien siendo prácticamente desconocido para la Historia llama la atención que su nombre figure en la Plaza situada junto a la iglesia de San Martiño, siendo un simple vinatero.
Interesante resulta también la figura principal de la Virgen, entronizada y con el Niño sentado su regazo, más cerca de las representaciones de las primitivas Vírgenes Negras, como Isis, Astarté, etc., que de la figura materna de los Evangelios, sustituyendo a la figura de María Magdalena, cuya advocación había brillado hasta entonces en muchos templos medievales.
Cuenta con otra portada, situada en el lateral norte. Se especula que pudiera representar una posible Anunciación, como en el caso de la iglesia de Santa María del Azogue en Betanzos, que sugiere la figura del mensajero, papel que en algunas fuentes antiguas representaba Juan el Bautista. También aparecen más elementos singulares, como las cuatro cruces inmersas en un círculo, que recuerdan las cuatro ruedas del carro de Yahvé en la visión del profeta Ezequiel, y un posible árbol de la vida donde parece adivinarse la presencia de un ave, que tal vez haga referencia al de Jesé o a San Juan evangelista, cuyo recuerdo los canteros dejaron labrado en el claustro del monasterio burgalés de Santo Domingo de Silos. Otra particularidad de la portada es la pequeña figura humana que parece deslizarse a través de la piedra, en el lado superior derecho.
La pequeña capilla que se localiza en el lateral izquierdo, muestra, a tamaño casi natural, una moderna talla de la Magdalena penitente, y otra vez la anteriormente escena de la Anunciación con la humanizada figura angélica del mensajero Gabriel, representadas como estatuas-columna o atlantes, situadas al principio de la nave. En las columnas de la cabecera, más pequeñas y labradas en su interior, se localizan también dos tallas: una de Santiago y la otra de la Virgen con Niño.
Otro de los detalles interesante es el templete adosado al ábside. Templete y forma que, además de coronar las torres de muchos templos galleros que se localizan en uno de los tramos más relevantes del Camino de Santiago, como es el de O Cebreiro a Triacastela, se localiza, así mismo, en lugares relevantes, siendo uno de los más representativos el cementerio noyés anexo a la iglesia de Santa María a Nova.
 
Iglesia de Santa María. (Taboada dos Freires. Lugo).
Esta singular iglesia dedicada a la figura de Santa María, está situada en una pequeña  
población que conserva su ancestral nombre: Taboada dos Freire. Situada a unos siete kilómetros de Taboada, su construcción data de 1190 como indica la inscripción visible situada en el tímpano: Era MCCXXVIII, y que fue prácticamente remodelada en los siglos XVII y XVIII, perdiendo su identidad románica al ser adaptada a los gustos de la época sin dejar sus mediáticas y antiguas curiosidades.
Destinada ahora a las funciones básicas como parroquia y como capilla cementerial, la iglesia de Santa María de Taboada dos Freires llama la atención por la singularidad del tímpano de la portada principal, situada en el lado oeste ofreciendo una versión personal y muy peculiar de la escena en que Sansón, que perdió toda su fuerza cuando Salomé le cortó su pelo, está cabalgando sobre el león. Un león que parece tener la cabeza de caballo. Algunas representaciones zoomorfas del románico responden más a referencias de oídas que a lo visto, pero aquí el Maestro Pelagio o Pelasgo, quiso jugar con doble sentido, transformando el león en un animal solar y la figurada montura del Conocimiento a la que hay que doblegar.
Este simbolismo se ve reafirmado en la figura del supuesto Sansón, representando al jinete o buscador capaz de acceder a la montura mística desprovisto de su melena o de su orgullo y su vanidad. A templarios el único animal que les estaba permitido cazar era el león, por lo que se podría interpretar como un símbolo añadido.
Se completa la escena con una curiosa Cruz patada con cierta peculiaridad, considerada como única en su género en el lateral inferior derecho al incluir un quinto travesaño añadido al horizontal izquierdo, como formando un timón. Esta misma cruz ocupa el centro del tímpano situado de la puerta lateral sur de la iglesia.
De planta rectangular y ábside cuadrado, la cabecera conserva en el centro un pequeño ventanal románico. Sus capiteles alternan motivos vegetales y arpías y algunos otros interesantes motivos decorativos. De difícil datación son las sepulturas anónimas situadas al pie de la entrada principal, cuyo único motivo de decoración, son la calavera con las tibias cruzadas, emblema que sirvió como enseña en los navíos de la flota templaria, siendo el precedente de las banderas piratas.
 
Iglesia de Santa María de Olivais o La Charola. (Tomar. Portugal).
Cuando en 1312 la Orden del Temple es suprimida y posteriormente en el 1314, el Gran Maestre Jacques de Molay es ejecutado en la hoguera, en Portugal, el rey Don Dinis, procede a reconvertir la Orden del temple en la Orden de Cristo.
En Tomar, donde en su castillo estaba establecida la Orden, se llevaría a cabo una de las mayores y más espectaculares construcciones templarias, así como las transformaciones posteriores que fueron realizándose, y que abarcarían el espacio de tiempo que va desde principios del siglo XII hasta finales del siglo XVII.
Este nuevo convento del Santo Cristo, no iba a tratarse de un templo más de factura templaria, así como sus actividades tampoco estarían completamente dedicadas a la contemplación. Fue a través del convento-fortaleza de Cristo que se iniciaron las mayores expediciones al nuevo continente, es decir, a América. Prueba de todo ello fueron las cruces de Cristo con que adornaron las velas de las tres carabelas que llevó Colón hasta América.
Una especie de templo circular, cuyo estilo es influenciado por los modelos religiosos y arquitectónicos de Jerusalén en la época de las cruzadas, imitando especialmente al Templo de la Roca de la Ciudad Santa sería la más importante de las iglesias templarias del lugar y la matriz de todas las iglesias de la época del descubrimiento, siendo considerada como "nullius diócesis", con jurisdicción propia e independiente; no pertenecería a diócesis alguna. Esta era la Iglesia de Santa María do Olivar donde las evidencias encontradas, han proporcionado una información muy valiosa sobre las creencias y doctrina de los caballeros templarios. La Iglesia de Santa María de Olivais fue lugar de paso en el Camino de Santiago que va de Portugal a Santiago de Compostela, como lo atestigua la vieira de peregrino que se observa en el friso de la puerta del campanario.
La entrada a la misma se encuentra por debajo del nivel del suelo descendiendo ocho escalones. Algo inusual para un templo cristiano. El número ocho no se encuentra únicamente en los escalones de acceso a la iglesia, también aparecen en las ocho columnas octogonales que de la nave central. Por si fuera poco, el número ocho aparece en varias losas o lápidas en el suelo de la iglesia, en esta ocasión en sentido transversal, o sea, conformando el símbolo del infinito.
El número ocho tenía mucho que ver en las creencias o doctrinas de los caballeros templarios. Al mirar con atención las diferentes figuras que aparecen en el templo no pasa desapercibida la estrella de Salomón, de cinco puntas, que aparece encima del altar mayor. Nada obedece a la casualidad pues hay otras evidencias y extrañas causalidades que existen en el templo.
Hay un cuadro, titulado de Pentecostés, en el que aparece el Espíritu Santo descendiendo sobre dieciséis apóstoles, y aparecen diecisiete lenguas de fuego sobre las cabezas de cada uno de ellos. ¿Dónde está el apóstol diecisiete?, acaso aún no ha nacido y se encuentra en el vientre de su madre. Aparecen varias mujeres, estando posiblemente María Magdalena entre ellas.
También resulta extraño que los pies del apóstol representado en primer término y que posiblemente represente a San Pedro, solo posee cuatro dedos en el pie, mientras que en la mano parece tener seis. ¿Qué quieren decir con esto el autor del retablo?.
En una de las capillas adyacentes se encuentra una extraña figura. Se trata de Santa Ana, madre de María la madre de Jesús, quien lleva en brazos a la Virgen María y ésta a su vez al niño Jesús. En otra capilla anexa hay una loseta o mosaico que no parece ser más que un simple dibujo de adorno, pero al mirarlo a cierta distancia, aparece dibujada la cruz templaria.
Hay una serie de puertas paralelas o en serie, que comunican entre sí todas las capillas del mismo lado derecho del templo. Cuando uno se coloca en un extremo de dichas puertas, lo que ve al final de las mismas es el reflejo de su propia imagen. Como en una puerta adimensional.
En la capilla donde está la tumba del Gran Maestre Gualdim Pais, hay una esfinge de María Magdalena en actitud de custodiar o velar por el descanso del Gran Maestre. Es conocida la advocación que sentían los caballeros templarios por la figura de María Magdalena pues en los templos y construcciones del Temple, la figura de María Magdalena ocupaba un lugar preferente.
No hay que pasar por alto la gran necrópolis descubierta, y que abarca el espacio que va desde el pórtico de la iglesia hasta la torre del campanario con más de mil esqueletos humanos, siendo una de las mayores necrópolis de toda la península Ibérica, al haber sido destinado el lugar como campo santo desde el siglo XIII al XVII.
 NOTA: Los textos e imágenes han sido recogidos de entre varias publicaciones sobre la Orden de los Templarios, entre ellas Wikipedia, National Geographic, ABC.es, etc.

2 comentarios:

  1. Sr. Lopetegui
    Muy interesante y valioso aporte.
    Desde Colombia un saludo.
    Maravillosa la historia de las construcciones y ellas en si mismas.
    ¿ existen otras en ruinas ?
    Tambien seria interesante.

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  2. Hola....
    Muy interesante y completo los datos. Gracias por compartir.

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