domingo, 1 de diciembre de 2013

Diciembre.


Diciembre.

Diciembre es el duodécimo y último mes del año en el calendario gregoriano y tiene treinta y un días. Su nombre deriva de haber sido el décimo mes del calendario romano que estaba dividido en diez meses.
Los sajones le llamaban “Winter-monath”, es decir, mes de invierno, y también “heligh-monath” o mes santo, ya que la Navidad caía en este mes. El solsticio de invierno se producía el veintidós de diciembre. En este momento el sol pasa por el trópico de Capricornio.
De acuerdo la tradición la piedra de diciembre es la turquesa y su flor, la poinsetia.





 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Refranes de Diciembre:
Presume de cintas y buen paño, solo es Navidad una vez al año.
Las noches de diciembre en la cama estés calienta.
En diciembre la tierra duerme.
Si después de otoño seco, llueve por Santa Bibiana; entonces llueve un mes y una semana.
Hacia Santa Lucia, la más larga noche y el más corto día.
Días de diciembre, días de amargura; apenas amanece y ya es noche oscura.
Por la Virgen de Guadalupe la tierra empapada el agua escupe.
En las frías noches de diciembre, si ves lucir la luna blanca, echa en la cama cobertor y manta.
Un mes antes y otro después de Navidad, es el invierno de verdad.
Por San Silvestre, la última fruta y la primera flor.
En diciembre se hielan las cañas y se asan las castañas.
En diciembre, día templado, es que viene soplado.
Cuando en diciembre veas nevar, ensancha el granero y el pajar.
Niebla en diciembre, lluvia o solano viene.
Amanecer y anochecer, en diciembre son casi a la vez.
En diciembre no hay valiente que no tiemble.
En diciembre frío, y calor en el estío.
En diciembre, heladas, y migas a almorzadas.
Por diciembre el trueno, anuncia año bueno.

                             Viejo invierno.
“¡Ah, viejo invierno! Como un cascarrabias arrugado.
Se te representa, con una barba encrespada y tan gris,
como la capa de musgo que recorre el manzano;
De labio azul, gota de hielo en tu curva nariz,
siguiendo tu camino, embozado, triste y solo,
en medio de celliscas y nieves a la deriva.
¡Deberían pintarte junto al fuego generoso
Viejo invierno! Sentado en cómoda y caliente silla
contemplando a los niños gozosos
o rodeado de ellos mientras tus labios relatan
anécdotas divertidas, o cuentos de maldades,
o de espíritus turbulentos que a la noche asaltan;
Deteniéndote a veces a avivar llamas morosas,
o a beber de tu cerveza morena y espumosa.”
Robert Southey

El alegre chochín.
"Entre el espino sin hojas
el alegre chochín,
cuando gotea el carámbano
desde la roca,
su perenne canto imita;
hasta si los copos
grandes caen sobre sus alas,
vuela con ligereza
bajo la nevada
y va cantando en el aire."
James Grahame.




La hiedra.
"Arrastra su verdor el brote de hiedra
de raíz en raíz por toda la tierra;
o trepa hasta arriba, con su laberinto,

por olmos y fresnos y por el aliso,
y entorno a cada tronco teje una malla,
mágica, y con sus hojas a cada rama

de incontables formas enmarañada y
llena de verdes brotes y medio abiertas yemas.
¡La hiedra, que de nuestras flores nativas

precipita ahora entre las más tardías
sus brotes verdes! Sus semillas maduran
en brillantes bayas carnosas y oscuras:

indiferente a la escarcha del invierno,
de las aves huésped y también sustento.
¡ La hiedra, la más veloz y hermosa planta,

que invade los troncos y ramas cercanas
de cualquier árbol, con sus radiantes hojas
que se enroscan tenaces y tan lustrosas !

Y el resto del bosque, pelado y vacío,
se cubre con su verde y fresco vestido."
Obispo Mant.


 


Gracias a la vida.
Gracias a la vida                       Gracias a la vida 
que me ha dado tanto              que me ha dado tanto
me dio dos luceros                   me ha dado el oído
que cuando los abro                 que en todo su ancho
perfecto distingo                       graba noche y día
lo negro del blanco                   grillos y canarios
y en el alto cielo                       martillos, turbinas
su fondo estrellado                   ladrillos, chubascos
y en las multitudes                   y la voz tan tierna
al hombre que yo amo.            de mi bien amado.

Gracias a la vida                       Gracias a la vida
que me ha dado tanto              que me ha dado tanto
me ha dado el sonido               me ha dado la marcha
y el abecedario                         de mis pies cansados
con las palabras                       con ellos anduve
que pienso y declaro                ciudades y charcos
madre, amigo, hermano           playas y desiertos
y luz alumbrando                      montañas y llanos
la ruta del alma                        y la casa tuya
del que estoy amando.            tu calle, tu patio.

Gracias a la vida                     Gracias a la vida          
que me ha dado tanto            que me ha dado tanto
me dio el corazón                   me ha dado la risa
que agita su marco                 y me ha dado el llanto
cuando miro el fruto               así yo distingo
del cerebro humano               dicha de quebranto
cuando miro el bueno            los dos materiales
tan lejos del malo                   que forman mi canto
cuando miro el fondo             y el canto de ustedes
de tus ojos claros.                  que es el mismo canto
                                               y el canto de todos
                                              que es mi propio canto.
Gracias a la vida
que me ha dado tanto.
Violeta Parra

 
No sabes cómo sufrí
Yo me vi rodeando el mundo
yo me vi rodeándolo por ti
no sabes cómo sufrí.

El agua no me saciaba
el pan no me alimentaba
y...no sabes cómo sufrí.

Ya no llora el mundo
no sabe llorar, no sabe llorar
soy un vagabundo
y puedo cantar, solo puedo cantar.


No me quedaban palabras
ni mí voz podía expresarse
y...no sabes cómo sufrí.

Ya no llora el mundo
no sabe llorar no sabe llorar
soy un vagabundo
y puedo cantar, solo puedo cantar.

Yo me vi rodeando el mundo
yo me vi rodeándolo por ti
no sabes cómo sufrí.

El agua no me saciaba
el pan no me alimentaba
y...no sabes cómo sufrí.

Ya no llora el mundo
no sabe llorar, no sabe llorar
soy un vagabundo
y puedo cantar, solo puedo cantar.

María D. Ostiz


Me olvidé de vivir.

De tanto correr por la vida sin freno
me olvidé que la vida se vive un momento .
De tanto querer ser en todo el primero
me olvidé de vivir los detalles pequeños.

De tanto jugar con los sentimientos
viviendo de aplausos envueltos en sueños.
De tanto gritar mis canciones al viento
ya no soy como ayer, ya no sé lo que siento.

Me olvidé de vivir.
De tanto cantarle al amor y la vida
me quede sin amor una noche de un día .
De tanto jugar con quien yo más quería
perdí sin querer lo mejor que tenía.

De tanto ocultar la verdad con mentiras
me engañé sin saber que era yo quien perdía.
De tanto esperar, yo que nunca ofrecía
hoy me toca llorar, yo que siempre reía.
Me olvidé de vivir.
De tanto correr por ganar tiempo al tiempo
queriendo robarle a mis noches el sueño.
De tantos fracasos, de tantos intentos
por querer descubrir cada día algo nuevo.

De tanto jugar con los sentimientos
viviendo de aplausos envueltos en sueños.
De tanto gritar mis canciones al viento
ya no soy como ayer, ya no sé lo que siento.




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