Diciembre.
Diciembre es el duodécimo y último mes del año en el calendario gregoriano y tiene treinta y un días. Su nombre deriva de haber sido el décimo mes del calendario romano que estaba dividido en diez meses.
Los
sajones le llamaban “Winter-monath”, es decir, mes de invierno, y también “heligh-monath”
o mes santo, ya que la Navidad caía en este mes. El solsticio de invierno se
producía el veintidós de diciembre. En este momento el sol pasa por el trópico
de Capricornio.
De
acuerdo la tradición la piedra de diciembre es la turquesa y su flor, la poinsetia.
Refranes de
Diciembre:
Presume
de cintas y buen paño, solo es Navidad una vez al año.
Las
noches de diciembre en la cama estés calienta.
En diciembre la tierra duerme.
Si después de otoño seco, llueve por Santa Bibiana; entonces llueve un
mes y una semana.
Hacia Santa Lucia, la más larga noche y el más corto día.
Días de diciembre, días de amargura; apenas amanece y ya es noche oscura.
Por la Virgen de Guadalupe la tierra empapada el agua escupe.
En las frías noches de diciembre, si ves lucir la luna blanca, echa en la
cama cobertor y manta.
Un mes antes y otro después de Navidad, es el invierno de verdad.
Por San Silvestre, la última fruta y la primera flor.
En diciembre se hielan las cañas y se asan las castañas.
En diciembre, día templado, es que viene
soplado.
Cuando en diciembre veas nevar, ensancha el granero y el pajar.
Niebla en diciembre, lluvia o solano viene.
Amanecer y anochecer, en diciembre son casi a la vez.
En diciembre no hay valiente que no tiemble.
En diciembre frío, y calor en el estío.
En diciembre, heladas, y migas a almorzadas.
Por diciembre el trueno, anuncia año bueno.
Cuando en diciembre veas nevar, ensancha el granero y el pajar.
Niebla en diciembre, lluvia o solano viene.
Amanecer y anochecer, en diciembre son casi a la vez.
En diciembre no hay valiente que no tiemble.
En diciembre frío, y calor en el estío.
En diciembre, heladas, y migas a almorzadas.
Por diciembre el trueno, anuncia año bueno.
Viejo invierno.
“¡Ah, viejo invierno! Como un cascarrabias arrugado.
Se te representa, con una barba encrespada y tan gris,
como la capa de musgo que recorre el manzano;
De labio azul, gota de hielo en tu curva nariz,
siguiendo tu camino, embozado, triste y solo,
en medio de celliscas y nieves a la deriva.
¡Deberían pintarte junto al fuego generoso
Viejo invierno! Sentado en cómoda y caliente silla
contemplando a los niños gozosos
o rodeado de ellos mientras tus labios relatan
anécdotas divertidas, o cuentos de maldades,
o de espíritus turbulentos que a la noche asaltan;
Deteniéndote a veces a avivar llamas morosas,
o a beber de tu cerveza morena y espumosa.”
Robert Southey
El
alegre chochín.
"Entre el
espino sin hojasel alegre chochín,
cuando gotea el carámbano
desde la roca,
su perenne canto imita;
hasta si los copos
grandes caen sobre sus alas,
vuela con ligereza
bajo la nevada
y va cantando en el aire."
James Grahame.
La hiedra.
"Arrastra
su verdor el brote de hiedrade raíz en raíz por toda la tierra;
o trepa hasta arriba, con su laberinto,
por olmos y fresnos y por el aliso,
y entorno a cada tronco teje una malla,
mágica, y con sus hojas a cada rama
de incontables formas enmarañada y
llena de verdes brotes y medio abiertas yemas.
¡La hiedra, que de nuestras flores nativas
precipita ahora entre las más tardías
sus brotes verdes! Sus semillas maduran
en brillantes bayas carnosas y oscuras:
indiferente a la escarcha del invierno,
de las aves huésped y también sustento.
¡ La hiedra, la más veloz y hermosa planta,
que invade los troncos y ramas cercanas
de cualquier árbol, con sus radiantes hojas
que se enroscan tenaces y tan lustrosas !
Y el resto del bosque, pelado y vacío,
se cubre con su verde y fresco vestido."
Obispo Mant.
Gracias a la vida.
Gracias a la
vida Gracias a la vida
que me ha dado
tanto que me ha dado tantome dio dos luceros me ha dado el oído
que cuando los abro que en todo su ancho
perfecto distingo graba noche y día
lo negro del blanco grillos y canarios
y en el alto cielo martillos, turbinas
su fondo estrellado ladrillos, chubascos
y en las multitudes y la voz tan tierna
al hombre que yo amo. de mi bien amado.
Gracias a la vida Gracias a la vida
que me ha dado
tanto que me ha dado tantome ha dado el sonido me ha dado la marcha
y el abecedario de mis pies cansados
con las palabras con ellos anduve
que pienso y declaro ciudades y charcos
madre, amigo, hermano playas y desiertos
y luz alumbrando montañas y llanos
la ruta del alma y la casa tuya
del que estoy amando. tu calle, tu patio.
Gracias a la
vida Gracias a la vida
que me ha dado
tanto que me ha dado tantome dio el corazón me ha dado la risa
que agita su marco y me ha dado el llanto
cuando miro el fruto así yo distingo
del cerebro humano dicha de quebranto
cuando miro el bueno los dos materiales
tan lejos del malo que forman mi canto
cuando miro el fondo y el canto de ustedes
de tus ojos claros. que es el mismo canto
y el canto de todos
que me ha dado tanto.
Violeta Parra
No sabes cómo sufrí
Yo me vi rodeando el mundo
yo me vi rodeándolo por ti
no sabes cómo sufrí.
El agua no me saciaba
el pan no me alimentaba
y...no sabes cómo sufrí.
Ya no llora el mundo
no sabe llorar, no sabe llorar
soy un vagabundo
y puedo cantar, solo puedo cantar.
No me quedaban palabras
ni mí voz podía expresarse
y...no sabes cómo sufrí.
Ya no llora el mundo
no sabe llorar no sabe llorar
soy un vagabundo
y puedo cantar, solo puedo cantar.
Yo me vi rodeando el mundo
yo me vi rodeándolo por ti
no sabes cómo sufrí.
El agua no me saciaba
el pan no me alimentaba
y...no sabes cómo sufrí.
Ya no llora el mundo
no sabe llorar, no sabe llorar
soy un vagabundo
y puedo cantar, solo puedo cantar.
María D. Ostiz
Me
olvidé de vivir.
me olvidé que la vida se vive un momento .
De tanto querer ser en todo el primero
me olvidé de vivir los detalles pequeños.
De tanto jugar con los sentimientos
viviendo de aplausos envueltos en sueños.
De tanto gritar mis canciones al viento
ya no soy como ayer, ya no sé lo que siento.
Me olvidé de vivir.
De tanto cantarle al amor y la vida
me quede sin amor una noche de un día .
De tanto jugar con quien yo más quería
perdí sin querer lo mejor que tenía.
De tanto ocultar la verdad con mentiras
me engañé sin saber que era yo quien perdía.
De tanto esperar, yo que nunca ofrecía
hoy me toca llorar, yo que siempre reía.
Me olvidé de vivir.
De tanto correr por ganar tiempo al tiempo
queriendo robarle a mis noches el sueño.
De tantos fracasos, de tantos intentos
por querer descubrir cada día algo nuevo.
De tanto jugar con los sentimientos
viviendo de aplausos envueltos en sueños.
De tanto gritar mis canciones al viento
ya no soy como ayer, ya no sé lo que siento.
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