martes, 25 de septiembre de 2012

Antigua. Catedral de las Ermitas.

El primer núcleo de asentamiento de la población de Zumarraga se desarrolló en el monte, alejado del fondo del valle, en las faldas de Beloki por las zonas de caseríos de Zoraitz y de Aranburu-Elgarresta. Por eso en ese entorno habitado se construyó el primer templo parroquial. En la actualidad todos la conocen por la Ermita de la Antigua. Es cierto que es antigua, y también que es una Ermita, pero también es cierto que fue la primitiva parroquia de Zumarraga. De ahí es de donde le viene la denominación de la Antigua. Es decir, la antigua, la vieja parroquia de todos los contornos. Fue declarada Monumento Histórico-Artístico Nacional el 23 de septiembre de 1965, y Monumento Histórico-Artístico Vasco el 27 de julio de 1984.  
A media ladera del monte Beloki perteneciente al macizo de Izaspi, se encuentra la Ermita de Santa María de Zumarraga. 
Ejemplar único de la arquitectura popular religiosa vasca que ha sido denominada la Catedral de las Ermitas, domina un espléndido panorama natural a la sombra de un bosque de encinos centenarios. Hasta 1576 fue la primera parroquia de Zumarraga. A partir de entonces quedó como Ermita.
La Antigua fue fin de una de las etapas de peregrinación de San Ignacio de Loyola en 1522 cuando se dirigía a Jerusalén, pues en ella oró y ahora es punto clave en la ruta de los tres templos y del Camino Ignaciano, siendo el segundo punto importante de referencia del mismo. 
Aparece mencionada en documentos del siglo XIV ya como parroquia dedicada a Santa María aunque anteriormente estuvo dedicada a la Visitación a su prima Santa Isabel.
El primero documento que la mencionan es del año 1366 en el que el Rey Enrique II concedió a su leal vasallo el señor de Lazcano, la tenencia y posesión del monasterio de Santa Maria de Zumarraga. Fue concedida mediante la fórmula de “Juro de heredad” a Francisco Gómez de Lazcano, segundo Señor de dicha casa.
En 1383, tan sólo 17 años después de la concesión de estos derechos, veinticuatro moradores que pertenecían administrativamente a la población de la colación de Santa Maria de Zumárraga llegaron hasta donde el rey Juan I para solicitar poblar una villa en las tierras de Hurreyçua, a la que el mismo rey, en carta de población escrita el 3 de octubre de 1383, denominó Villa Real, quedando bajo la dependencia directa del rey y totalmente fuera del poder del Señor de Lazcano.
En 1385 se unió también la colación de San Miguel de Ezkio. Juan I dio por buenos estos compromisos en mayo de 1386, y su hijo Enrique III los ratificó el 20 de abril de 1391. La intención de esta fundación a las puertas de la anterior población de Zumarraga estaba clara; los vecinos de Santa María de Zumarraga querían gozar rápidamente de los privilegios a la nueva Villa Real. 
A los problemas que tenían estas tres poblaciones había que añadir las ansias de expansión de poder de la Villa de Segura, a la que pasaron a depender hacia 1390 y fue confirmado por Enrique III el 15 de julio de 1405. La situación duró hasta la Concordia del 7 de octubre de 1411, por la que quedaban las poblaciones de Urretxu y Santa Maria de Zumarraga y Segura independientes entre si, quedándose Segura con la colación de San Miguel de Ezkioga.
Más tarde, la reina Isabel I de Castilla, en una carta del mes de mayo de 1486, daba orden al licenciado don Diego Beltrán Yanguas de que se "Trasladase a dicha Iglesia e Monasterio de Santa María de Zumarraga e fagais información de cuantos vecinos ay en dicha vecindad e cuantos clérigos son menester para el servicio e dicho Monasterio”. 
Cuando después de numerosos pleitos con el señor de Lazcano se comenzó a levantar la nueva parroquia en la tierra llana, se inició la decadencia de la "Antigua". Antes hizo falta que se trasladara a Zumárraga el obispo de Pamplona, don Antonio Manrique, y subiera a Santa María para sacar el Santísimo y llevarlo a una casa de la villa, vivienda que se hallaba cercana al lugar elegido para edificar la parroquia.
También se trasladaron a la nueva parroquia la imágen de la Virgen, los cinco altares que había, las cuatro campanas y el reloj de que disponía desde 1525 y que significaba el poder económico que hasta entonces disfrutaba como parroquia.
Se cree que la "Antigua" se construyó sobre un antiguo fuerte defensivo del siglo XII. Su construcción es de planta rectangular con ábside trapezoidal, y de una sola nave dividida por seis gruesas columnas de piedra caliza. Joya de la arquitectura popular religiosa de estilo románico-gótico, posee una factura muy singular. Su primitiva construcción románica, de menor tamaño que la actual, no posee contrafuertes exteriores por estar formada por una construcción que se techó y cubrió originalmente con madera. Algunos elementos de su construcción hacen datar su origen en el siglo XII o XIII. 
Esta joya artística y monumental de estilo románico en transición al gótico presenta un austero exterior con una portada de un estilo románico muy tardío y una escalera de ocho escalones en forma semicircular. Presenta cuatro archivoltas un poco apuntadas. Hay dos aguabenditeras, una a cada lado de la puerta. Lo más destacable en esta portada es la sobriedad de su decoración. La simplificación de las formas llevan a vislumbrar que dicha portada tiene influencia de origen cisterciense, copia de las iglesias vecinas de Álava y Navarra, construidas durante los siglos XII y XIII.
En este muro donde está la portada existe una ventana de carácter totalmente gótico y encima de la misma se sitúan seis piedras salientes que son los vestigios de un antiguo pórtico.
Santa María de Zumarraga, la "Antigua", conserva todo el encanto de los testimonios de nuestro pasado.
Numerosas leyendas adornan su historia. La tradición oral cuenta que las piedras con las que se construyó el santuario fueron arrojadas por los "gentiles" desde Aznabarreta, haciéndolas pasar por encima de la sierra de Aizkorri cuando veían cómo los cristianos intentaban construir esta iglesia.
Y es que no hay que olvidar que los gentiles son los gigantes de la mitología vasca. Seres dotados de una fuerza descomunal. Constructores según los viejos relatos, de los dólmenes, los cromlechs, los menhíres, y las casas-torre. Muchas iglesias del país también están unidas a estos singulares arquitectos de extraordinarios poderes.
A sabiendas de que eso suponía el fin de su ser, lanzaban piedras gigantes  para poder destruirla, pero no consiguieron su objetivo, y los lugareños emplearon esas piedras para terminar la iglesia.
Cuenta también la leyenda que en estas piedras que están en las escaleras de la entrada están las marcas de los dedos de los gentiles cuando las arrojaban. 
En 1480 fue ampliada con un ábside trapezoidal. En la parte exterior del  mismo se pueden contemplar dos elementos arquitectónicos de gran interés: un crucero gótico tallado en piedra  arenisca  en  el tímpano  de una  pequeña  portada,  y  una  ventana gótica con una reja de hierro forjado centrada en el tímpano, de una composición parecida a la que rodea el crucero.
Entre ambas composiciones arquitectónicas hay una orla de piedra con la siguiente inscripción, ejecutada en letras góticas: MCCCCLXXX.  Según la inscripción en letras góticas fue en 1480 cuando se añadió dicho elemento trapezoidal a la construcción pero, posiblemente, no en el mismo sitio. En él se advierte un altorrelieve circunscrito bajo un arco de medio punto compuesto por cinco arquivoltas, donde se representa la crucifixión, esto es, a Cristo Crucificado al cual le acompañan la Virgen y San Juan Evangelista. 
Por su aspecto actual, parece ser que este templo ha sufrido varias reformas a lo largo de su historia. En longitud y altura se aprecian claramente las obras que en su día se llevaron a cabo. Algunos detalles como la ventana del ábside y su Cristo resulta difícil pensar cuál pudo ser su primitivo emplazamiento. 
El templo tuvo diversas épocas de construcción, dado que existen zonas de sillares de distintas dimensiones.
En el exterior del templo, se observa que  la mayor parte está realizada en sillar y la  otra, que corresponde a la zona más alta, está construida en mampuesto. Por eso se puede suponer que habría una primitiva construcción en piedra de sillería, más baja que la actual, sin el ábside, con un coro más largo y construida la parte superior en madera.
Llama  la atención lo cerrado de esta construcción. A pesar de entrar de lleno en la tipología de las iglesias rurales tiene una forma de carácter defensivo-militar. Se cree que debió ser originalmente una casa de defensa. La cubierta es a dos aguas.
Frente a su austeridad exterior sorprende su interior con una extraordinaria cubierta en artesonado de madera de roble con un complejo entramado de vigas, tirantes, antepechos y tornapuntas. 
La iglesia, de planta rectangular, está dividida en tres naves por seis gruesos pilares cilíndricos. Además, tiene dos cerchas extremas sobre los muros frontales de la fábrica, el correspondiente al presbiterio y al hastial cabecero. 
El coro y tribunas laterales formados por piso de madera sobre viguetillas zapatas siguen la tradicional disposición adoptada en muchas iglesias típicas de la región, sobre todo en la parte vasco-francesa. 
De rústica construcción, en él se produce una perfecta simbiosis entre la piedra y la madera. Precisamente este elemento es lo más impresionante de la ermita, pues su estructura de madera, que recuerda el casco de un barco invertido y fue construida por carpinteros de ribera.
El interior del antiguo monasterio de la Antigua reúne el mayor interés. Uno de los elementos más importantes se encuentra en la ornamentación utilizada en la madera.
Prácticamente, a excepción de muros y columnas, todo él es de madera, no sabiéndose qué admirar más, si el entramado de su techo, las formas del coro o las tallas de las vigas y tornapuntas, donde se reproducen figuras femeninas, cabezas de lobos, y bellos dibujos geométricos. Son muy curiosos los relieves que se pueden ver en parte de su maderamen interior, ya que aparte de diversos motivos geométricos, aparecen talladas cabezas y bustos de mujer.
Hay que destacar los dos grupos de tres mujeres que aparecen orientados hacia los pies de la iglesia y que van ataviadas unas con un pañuelo y otras con el tocado medieval.
Dejando a un lado las figuras antropomórficas existen también en la decoración del techo, y en mayor medida, motivos de carácter geométrico vinculados con los motivos de tradición popular, que encontramos en las famosas kutxas o en las argizaiolas.
El coro y las tribunas laterales, finalizadas en 1524, forman un piso de madera elevado, que antes de tener la forma de hoy en día llegaba hasta la mitad del templo. Su disposición es la tradicional adoptada por muchas iglesias de la región durante el siglo XVI. 
Junto a la portada, bajo el coro, se encuentra la pila bautismal. Se cree que Miguel López de Legazpi, Adelantado de Filipinas, fue bautizado aquí entre los años 1500-1508, pues no existen datos de su fecha de nacimiento.
La ermita guarda dos obras de especial interés: una talla gótica de "Andra Mari" (la virgen María) y uno de los grupos de la Piedad más antiguos de Gipuzkoa. 
La imagen de la Antigua que se venera en la actualidad junto al Altar Mayor no es la primitiva. Parece ser que aquella era de estilo románico. Desapareció sin vestigio hace muchos años y no  se conserva ningún testimonio gráfico, ya fuera dibujo, pintura, o litografía. 
A la talla actual en 1976, en las obras que se realizaron, se le despojó del vestido de tela que la cubría y de otra corona. 
La ermita estuvo abandonada durante años hasta que a partir del siglo XVII se produjeron importantes cambios. En 1605 los patrones del templo compraron la casa y las tierras adyacentes a la ermita
y en 1729 se añadió al templo la casa de la serora que era la persona más cercana a la ermita, ya que era la que la cuidaba y la limpiaba, para que viviese en ella.
En una visita realizada por el Obispo en 1746, éste observó el deplorable estado de la ermita, sin duda, porque desde que se construyó el nuevo templo, junto al valle, la antigua parroquia quedó abandonada.
Anteriormente en 1740 el Ayuntamiento había realizado alguna reforma, pero para el Obispo esos arreglos no fueron suficientes por lo que ordenó al beneficiado José de Aguirre que se encargase de que la ermita quedara en condiciones. Aguirre encargó estos trabajos al maestro Miguel de Salezán especificándole que hiciese unas bóvedas de tabla, además de una completa reparación. El Visitador ordenó que se pusiesen nuevas vigas maestras para sujeción del techo, que se retejase y se hiciese cielo raso en el presbiterio.
En el año 1978, y al encontrar insectos xilófagos en la madera se tomaron medidas para contrarrestar el ataque de dichos parásitos, ya que éstos habían atacado la madera de tal manera que se localizaron graves deficiencias en los elementos estructurales. 

Al hacer las últimas obras, en el coro han aparecido en la viguería los restos de unas pinturas de origen muy primitivo, posiblemente del siglo XIII, y la representación de la leyenda de San Miguel y el dragón.
En las siguientes fotos existentes en el Museo de San Telmo se puede apreciar cómo estaba la ermita antes de comenzar las obras en 1976.





Además de los actos religiosos, la ermita y la casa de la serora, sirvieron para otras actividades como cuidar enfermos contagiados del cólera, o para no contagiar a los del pueblo. Las bóvedas de la ermita se utilizaron para guardar armas en épocas de guerra.
En el siglo XX se realizan cambios importantes. Primero, se construye la carretera que llega a la ermita y en 1976 se realiza una profunda rehabilitación: se quitan las falsas bóvedas que se habían construido en el siglo XVIII y queda así al descubierto la cubierta original de la actual ermita. Se renovó la cubierta, se quitan los retablos que estaban muy deteriorados y una vidriera que representaba a San Ignacio de Loyola. También desaparecieron la sacristía y la casa de la serora.
La devoción a la Virgen de la Antigua es muy grande en la zona y se celebra una romería el 2 de Julio, día de Santa Isabel, patrona de Zumarraga.
En ella que participan txistularis y dantzaris que bailan la tradicional ezpatadantza de Zumarraga, un baile con espadas, dentro de la ermita.
Los vecinos de este pueblo y localidades cercanas suben en peregrinación al lugar para honrar a la Virgen y vivir un día de fiesta al más puro estilo tradicional.
También se celebran bodas y otros actos religiosos, como la misa que se celebra el primer sábado de cada mes.
Así mismo, tienen lugar actos culturales, entre otros el Concurso Coral y el Ciclo Musical, así como actuaciones musicales o de poesía.Un grupo de voluntaros se encarga del mantenimiento y limpieza del templo.


A continuación una colección de fotografías.
Pulsando sobre la imagen, se amplía.












































































 Mi boda celebrada en Antigua el 23.05.1980
Los dos dibujos han sido sacados de Internet.
Las fotografías son propiedad del autor del blogg.