RUTA DEL CARES
La Ruta del Cares es una de las sendas más conocidas de los Picos de Europa, situada entre la Provincia de León y la Comunidad de Asturias. Muy probablemente se trata de la ruta a pie más impresionante al alcance de cualquier persona sin experiencia previa en la montaña.
Es accesible a todos y ofrece paisajes espectaculares como para gastar varios carretes de fotos y más de una tarjeta de memoria de cámara digital.
Con un desnivel de unos 600 metros de ascenso, doce kilómetros separan Poncebos (Asturias) de Caín (León) surcando los Picos de Europa por una senda que se ha dado en llamar la "Divina Garganta". Antaño, la ruta era la única comunicación entre ambos pueblos durante las nevadas de invierno.
Salimos de Arenas de Cabrales, en Asturias, y a unos 5 kilómetros de distancia llegamos a la central de Camarmeña. Hay unos aparcamientos antes de llegar a la presa. Aprovechadlos y aparcad allí ya que más arriba, en temporada alta, hay sitio sólo para unos cuantos coches y vais a tener que bajar otra vez.
Seguimos subiendo para comenzar la ruta una vez pasamos el acceso al funicular de Bulnes. Allí veremos una caseta de información.
Unos metros más adelante la carretera se convierte en pista de grava y un cartel nos indica el comienzo de la Senda del Cares con la leyenda de Caín 3h, Posada de Valdeón 6h.
Las dos localidades están separados por doce kilómetros de senda y para viajar en coche entre las dos poblaciones hay que hacer un recorrido de 100 km. Este es el trayecto que normalmente se realiza.
Si se carece de entrenamiento, es mejor hacer sólo una parte del trayecto planificando el regreso en función de tus posibilidades. Podemos dejar el coche en Poncebos y volver a tomarlo en el mismo punto tras regresar de Caín. La ruta nos puede llevar entre 3 y 4 horas en un sentido y un tiempo similar en el regreso.
Los 2,5 kilómetros iniciales quizás sean los más duros, un repecho continuado de cierto desnivel hasta alcanzar las ruinas de una casa y un árbol (primera sombra en muchos metros). Llegamos a los Collaos donde hay paneles informativos que hablan de la increíble construcción del camino por la “Garganta Divina” hacia la central hidroeléctrica.
Se trata de un camino a media altura de 1,5 m de anchura, con muy pocos desniveles, que bordea el acantilado con profundos cortados.
Bordeando el río de aguas color turquesa.
Se abrió entre 1945 y 1950 en la roca para el mantenimiento del canal de alimentación de la central hidroeléctrica de Camarmeña - Poncebos que fue construido entre el año 1916 y 1921.
Poco después comienza un ligero descenso hasta encontrar la senda tallada en la roca junto al canal. A partir de aquí el desnivel es casi inexistente.
Atravesando las profundidades de los Picos de Europa cuyas cimas nos miran desde más de 2.000 metros por encima.
Y disfrutando con las preciosas vistas que nos ofrecen las cristalinas aguas del río Cares y las canales que se precipitan vertiginosamente desde las alturas hasta sus aguas.
Hay multitud de oquedades, algunas de las cuales se han aprovechado para refugio del ganado lanar que pasta por el lugar.
La ruta se puede emprender en cualquier fecha comprendida entre los meses de mayo a octubre, así que sólo se trata de elegir un día propicio para caminar.
La roca en la que se abre el desfiladero es de caliza gris.
La ruta del Cares es uno de los senderos más frecuentados de España. Sin embargo, no siempre se tiene en cuenta que se trata de un camino de montaña con piedras sueltas.
El trayecto entre Caín y Poncebos discurre junto a un precipicio sin protección lateral y hay peligro de caída de piedras por efectos naturales o de los animales que pastan sobre la senda.
Se debe llevar provisión suficiente de agua, pues no hay agua potable disponible a lo largo del recorrido. Es recomendable llevar botas de montaña. Por seguridad para los senderistas, no se permite recorrer este sendero en bicicleta.
En pleno verano y en las horas centrales del día, si esta despejado, debemos protegernos del calor y llevar suficiente agua. Estamos en un desfiladero, por tanto no habrá viento que nos refresque.
Por otra parte en las horas centrales el sol esta en su punto más alto y en muchos tramos no contaremos con sombras, además las paredes de Picos son de caliza de color gris claro que reflejará el Sol, aumentando si cabe su intensidad.
Tras cinco kilómetros llegamos a la majada de Culiembro, de donde parte el canal del mismo nombre que asciende hacia los puertos de Ostón. Seguimos caminando y apreciamos que aumenta la altura respecto al río.
Es recomendable llevar agua y calzado cómodo; en verano hay que tener cuidado con el sol. Recuerda que el agua del canal no es potable.
Sin unos mínimos datos históricos se hace difícil de comprender cómo es posible que un camino de tantos kilómetros atraviese la montaña de una forma tan atrevida, y nos preguntamos quién acometió este proyecto y para qué.
Aunque la primera travesía del Cares la realizasen montañeros meritorios como los ingleses Abel Chapman y Walter J. Buck, junto con el Marqués de Villaviciosa, Pedro Pidal, primero también en subir a la cima del Naranjo de Bulnes, la popularización de la ruta no llegaría hasta bien entrado este siglo y después de determinadas obras que habilitaron la senda para el tránsito de cualquier persona.
La ruta fue abierta a base de picos y dinamita y en las últimas décadas se han ido mejorando determinados tramos para garantizar un senderismo sin riesgos. La ruta más antigua tenía un trazado sensiblemente diferente al actual. En un principio fue de uso exclusivamente pastoril y sólo después de 1916 cambiaron las cosas.
Este fue al año en el se comenzó a delimitar un sinuoso y precario sendero para que los operarios de la compañía Electra de Viesgo pudieran vigilar y mantener un canal de agua, canal que transportaba parte del caudal del Cares para su aprovechamiento hidroeléctrico en la Central de Camarmeña.
La construcción de esta central eléctrica supuso el ensanche mínimo de una vereda con continuas subidas y bajadas, desde la presa de Caín hasta Camarmeña. Por aquel entonces se tardaban unas siete horas en ir de Poncebos a Caín.
Posteriormente, la vía habilitada fue utilizada para llevar los productos agrícolas desde Caín a los mercados de Cabrales, y sólo en los años 40-50 se construyó la actual senda para mejorar el mantenimiento del canal.
Por supuesto no te olvides de la cámara de fotos porque realmente las vistas son espectaculares. Hay que apreciar también la fabulosa obra de ingeniería del Canal a lo largo de toda la garganta.
El recorrido de este desfiladero nos permite unir Asturias
Dejando atras Asturias, caminamos hacia la parte de Caín que cada vez se convierte más espectacular.
En las vacaciones de Semana Santa y Verano es recorrido por miles de personas. Parece que estamos en una céntrica calle de una gran ciudad, lo cual unido al calor de la época le resta una parte importante de su atractivo.
Sin embargo si cambiamos nuestros hábitos podemos disfrutar de su increíble belleza en pleno Agosto. Es mejor madrugar un poco y comenzar la marcha sobre las ocho horas de la mañana.
Para el disfrute pleno del trazado es preferible no acometerlo en el mes agosto ni en los fines de semana del verano dada la concentración de personas en la ruta.
Elegir cualquier otra fecha es más gratificante si buscamos la intimidad de la montaña.
La naturaleza expone aquí su belleza más recóndita. Surcada por una senda inverosímil, las laderas más verticales de los Picos de Europa quedan así al alcance de cualquier mortal, asequibles y cercanas para el disfrute humano de la montaña y sus desfiladeros.
Seguir el curso del río en sus tramos altos supone adentrarse en una garganta calcárea de auténtico vértigo que tiene su inicio en el municipio de Cabrales.
Veremos el río en el fondo del Desfiladero, pero no tendremos oportunidad de bajar hasta el agua a refrescarnos.
Llegamos al puente de Bolín.
Cruzamos el río a gran altura.
Nuevamente se vuelve a ver el gran trabajo hecho para poder realizar esta ruta.
Volveremos a cruzar el río poco después por el puente de Los Rebecos.
Un singular recorrido que a su vez contiene importantes singularidades botánicas y geológicas, y de gran espectacularidad paisajística, lo que le ha valido el apodo de "La Garganta Divina del Cares".
Antes de entrar en la zona mas angosta se abre el desfiladero.
El agua cristalina fluye creando su espectacular color turquesa.
Por último, recorremos una zona de túnel con ventanales excavado en la roca.
Sin duda alguna esta ruta es la más recorrida de todos los Picos de Europa y, según sostienen numerosas estadísticas, se trata también de la ruta de montaña más transitada de España.
Alicientes no le faltan para ser potente imán de los amantes de la naturaleza de todo el mundo; equipara su espectacularidad y belleza a la facilidad de su recorrido y en los últimos tiempos se han contabilizado más de 200.000 senderistas por año.
En la zona más angosta del recorrido.
Llegamos a la presa de Caín.
Empieza a abrirse el valle.
Vemos las primeras casas del pueblo leonés.
El agua mana entre las rocas.
Caín es uno de los pueblos más espectaculares de Picos de Europa. Está completamente rodeado de gigantescas montañas pero curiosamente tiene muy poca altitud, un poco más de 500 metros.
En él encontramos todo lo necesario para reponernos de la caminata.
A la vuelta de Caín.
A la izquierda se aprecia la ruta.
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