sábado, 3 de noviembre de 2012

Córdoba.

Córdoba.
Córdoba es una ciudad de Andalucía, capital de la provincia homónima, situada en una depresión a orillas del Guadalquivir y al pie de Sierra Morena. Es la tercera ciudad de Andalucía tanto por tamaño como por población, sólo por detrás de Sevilla y Málaga.
Hoy es una ciudad de tamaño medio, en cuyo casco antiguo aún podemos contemplar edificaciones con elementos arquitectónicos de cuando Córdoba fue la capital de la Hispania Ulterior en tiempos de la República romana, o de la provincia Bética durante el Imperio romano y del Califato de Córdoba durante la época musulmana, cuyos dirigentes gobernaron gran parte de la Península Ibérica. Según los testimonios arqueológicos, la ciudad llegó a contar con alrededor de un millón de habitantes hacia el siglo X, siendo la ciudad más grande, culta y opulenta de todo el mundo.
Las mezquitas, las bibliotecas, los baños y los zocos, abundaron en la ciudad, gestándose las bases del Renacimiento europeo. Durante la larga Edad Media europea, en "Corduba" florecieron las letras y las ciencias. La ciudad contó con multitud de fuentes, iluminación pública y alcantarillado, durante la época de mayor esplendor califal.
Su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994, aunque diez años antes, en 1984, lo había sido la Mezquita-catedral de Córdoba.
Córdoba ha sido el lugar del nacimiento de tres grandes filósofos: el estoico romano Séneca, el musulmán Averroes y el judío Maimónides. También nacieron en Córdoba los poetas Lucano, Ibn Hazm, Juan de Mena, Luis de Góngora y Ángel de Saavedra, también conocido como el Duque de Rivas.
El significado etimológico del nombre de la ciudad ha sido largamente discutido en la historiografía no existiendo en la actualidad consenso al respecto. El primer nombre conocido para la población es el de Corduba otorgado bajo la forma de Colonia Patricia Corduba tras la fundación romana de la ciudad en el siglo I a.C. y que se supone anterior. Dado que la primera aparición de Córdoba en textos antiguos hace referencia al establecimiento de un puesto comercial fenicio en las inmediaciones de la ciudad, se ha dado un posible origen semítico al topónimo. De este modo Qorteba vendría a significar molino de aceite, para algunos autores, o bien ciudad buena a partir de Qart-tuba para otros. Otras etimologías hacen referencia a la existencia de un asentamiento íbero indoeuropeo anterior a la llegada de los fenicios considerando que la terminación uba es ampliamente conocida en Hispania significando bien colina o bien río, referido como Oba el antiguo nombre del río Guadalquivir, siendo Kart-Oba la "ciudad del Oba".
Fue capital de la provincia romana Provincia Hispania Ulterior Baetica (Bética), época de esplendor, en la que llegó a contar con tantos edificios lúdicos como la misma Roma y a la que proporcionó grandes filósofos como Lucio Anneo Séneca, oradores como Marco Anneo Séneca y poetas como Lucano.
Posteriormente ocupó un lugar importante en la provincia de Spania del Imperio bizantino y durante el periodo visigótico.
Volvió a alcanzar la capitalidad durante el Emirato Independiente y el Califato Omeya de occidente, época en la que alcanzó su mayor apogeo, llegando a tener entre 250.000 y 500.000 habitantes, siendo en el siglo X la ciudad más grande del mundo, así como un gran centro cultural, político y económico.
En el año 711, los ejércitos árabes y bereberes entraron en la península ibérica, y en menos de siete años casi todo el territorio llegó a estar bajo el dominio musulmán. No habían pasado dos siglos cuando Córdoba se convirtió en la mayor ciudad de Europa y del mundo con la posible excepción de Constantinopla, y posiblemente en la más culta.
Durante el siglo X, también se completó finalmente la gran Mezquita de Córdoba. Se afirmaba que en ella se conservaba el brazo de Mahoma, y llegó a ser un importante centro de peregrinación para los musulmanes.
Una publicación dice: “Su carácter sagrado solo lo superaba La Meca y [...] el visitarla absolvía a los fieles de la obligación de hacer el peregrinaje a Arabia”. Actualmente, los que la visitan todavía se maravillan ante la magnificencia de la gran cantidad de columnas de mármol (unas 850) y los ornamentados arcos. Ha sido descrita como “el templo musulmán más hermoso del mundo”.
La ciudad contaba con una famosa universidad y una biblioteca pública que contenía unos 400.000 volúmenes. Había 27 escuelas gratuitas para enseñar a los niños pobres, y el nivel de alfabetización, tanto de los niños como de las niñas, era muy alto. Los jóvenes que pertenecían a la nobleza de los reinos católicos del norte de España recibían su educación en la corte mora, y las mujeres ricas de Francia encargaban en Córdoba sus trajes más elegantes.
Estaba adornada con jardines, cascadas y lagos artificiales, y mediante un acueducto, se suministraba agua dulce en abundancia a las fuentes y los baños públicos, de los que, según un cronista musulmán, había setecientos.
Por toda la ciudad podían verse suntuosos palacios, uno de los cuales, al-Zahra (Medina Azahara), a las afueras de Córdoba, requirió veinticinco años y el duro trabajo de 10.000 obreros para completarse. Sus ruinas testifican aún hoy de su anterior grandeza.
En 1236 es conquistada para Castilla y León por el rey Fernando III El Santo.


Arquitectura histórica.

Córdoba, ciudad milenaria, posee el segundo casco histórico más grande de Europa, el mayor espacio urbano del mundo declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es precisamente en él donde se aglomera gran parte de los edificios históricos de la ciudad. En él cabe destacar el edificio más importante y símbolo de la ciudad, la Mezquita de Córdoba y actual catedral que, junto al magnífico Puente Romano, forman la más conocida faceta de la ciudad.
De la época romana pueden encontrarse, además del puente, el Templo romano, el Teatro romano, el Mausoleo romano, el foro colonial, el foro adiectum, el anfiteatro y los restos del Palacio del emperador Maximiano Hercúleo en el Yacimiento Arqueológico de Cercadilla.
Cerca de la mezquita-catedral se emplaza la antigua Judería formada por multitud de calles irregulares, tales como Calleja de las flores y la Calleja del pañuelo, en las cuales pueden visitarse la Sinagoga y la Casa de Sefarad. En el extremo suroeste del casco antiguo se encuentra el Alcázar de los Reyes Cristianos, antiguo alojamiento de los reyes y sede de la Inquisición, y adyacente al mismo se hallan las Caballerizas Reales, lugar de crianza del caballo andaluz.
A lo largo del cauce del Guadalquivir se encuentran los Molinos del Guadalquivir, edificios de la época musulmana que aprovechaban la fuerza de la corriente para moler la harina tales como el Molino de la Albolafia, el Molino de la Alegría, el Molino de Martos, el de Enmedio, el de Salmoral, el de San Antonio, el de Hierro, el de Téllez, el de San Rafael y el de Don Tello o Pápalotierno.
Rodeando el extenso casco histórico se sitúa la antigua muralla romana, de la cual se conservan algunos lienzos; la Puerta de Almodóvar, la Puerta de Sevilla y la Puerta del Puente, que son las tres únicas puertas que se conservan de las trece que tuvo la ciudad; algunas torres como la Torre de la Malmuerta, la Torre de Belén y la Torre de la Puerta del Rincón; y las fortalezas de la Torre de la Calahorra y la Torre de los Donceles.
Repartidos por todo el casco antiguo se encuentran edificios palaciegos tales como el Palacio de Viana, Palacio de la Merced, Palacio de Orive, Palacio de los Aguayos, Palacio de los Luna, Palacio del Duque de Medina Sidonia, Palacio de los Marqueses del Carpio y el Palacio del Marqués de Benamejí entre otros.
Las Iglesias Fernandinas son 12, y son aquellos templos cristianos que fueron mandados erigir en Córdoba (muchos fueron transformación de mezquitas) por Fernando III "El Santo" tras la reconquista de la ciudad en el siglo XII. La misión de cada una de estas iglesias era doble. Por una parte, la de ser centros espirituales de la ciudad, funcionando como iglesias, y por otra parte, ser los centros administrativos de la ciudad de Córdoba, siendo cada una de las iglesias, cabeceras de los barrios o collaciones en los cuales se dividía la ciudad desde la Edad Media y hasta el siglo XX.
Repartidas por toda la ciudad se encuentran diez estatuas dedicadas a San Rafael, protector y custodio de la ciudad. Éstas son denominadas triunfos de San Rafael y están situados en lugares tan emblemáticos como el puente romano, el Arco del Triunfo o la Plaza del Potro.
En la parte oeste del casco histórico se encuentran la estatua a Séneca(junto a la Puerta de Almodóvar), la estatua de Averroes (junto a la Puerta de la Luna), y la de Maimónides (en la plaza de Tiberiades) en homenaje a estos tres grandes filósofos cordobeses.

Más al sur, junto a la Puerta de Sevilla, se encuentran la escultura al poeta Ibn Zaydun y la escultura al escritor y poeta Ibn Hazm y, en el interior del Alcázar, el monumento los Reyes Católicos y Cristóbal Colón.

No debemos dejar de ver también sus patios floridos ni de visitar sus tabernas y bodeguillas.






A continuación podéis ver un recorrido fotográfico de la Ciudad. Las imágenes de la Mezquita-Catedral y de Medina Azahara las pondré en blogs dedicados a ellas específicamente.
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Nota: Las imágenes son propiedad del autor del blog.



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