lunes, 5 de noviembre de 2012

Monasterio de Iranzu.

Monasterio de Iranzu.
“En el fondo de un valle cerrado, cerca de un río y, como horizonte, el cielo para estar más cerca de Dios”. Son las condiciones que dirigieron la construcción del monasterio de Iranzu, en sus orígenes habitado por monjes cistercienses que siempre buscaban para establecerse lugares apartados en los que el agua fluyera generosamente.
El Monasterio de Iranzu se alza entre los verdes valles que forman las montañas de Yerri, a escasos kilómetros de Estella, a las afueras de la localidad de Abárzuza. Los primeros documentos que se tienen del monasterio datan del siglo XI. En el s. XI está documentado un monasterio bajo la advocación de San Adrián regido por monjes benedictinos. Por un diploma de 1092 del rey Sancho Ramírez sabemos que Iranzu pertenecía a la catedral de Pamplona. En aquella época ya existía una fuerte tradición monástica que fomentaban los monjes benedictinos. Estos, tras su desaparición, dejaron como testimonio de su paso por estas tierras navarras, una recoleta iglesia de planta cuadrada, que aún es posible contemplar entre las ruinas del primitivo monasterio.  
Los monjes cistercienses buscaron para establecerse lugares apartados de las gentes en los que el agua fluyera generosamente. El Valle de Iranzu reunía sin duda estas dos condiciones. Se le antepone el nombre de Santa María como lo hicieron con todos los monasterios de la Orden.
Iranzu significa en vascuence "helechal". Es palabra formada del radical Ira, que significa "helecho" y el sufijo -tzu, abundativo euskérico; Iranzu es en cuanto a su significado pariente de topónimos como Irache, Iraeta o Irañeta.
Traducido el nombre completo al castellano, vendría a significar "Santa María del Helechal"; por lo que, en este caso también, la denominación es acorde a la fina sensibilidad cisterciense al bautizar sus casas.
El monasterio está situado en un inigualable entorno histórico-artístico, de origen cisterciense y cuya construcción se prolonga desde el siglo XII hasta el XIV. Del conjunto de edificaciones medievales permanece la base de la Iglesia, el Claustro, la Sala Capitular, las Celdas de castigo, el Locutorio y la Cocina. Correspondiendo el resto a sucesivas remodelaciones de los siglos XVI y XVII. Se encuentra en muy buen estado de conservación y rodeado de montes y entornos naturales de gran belleza.
En este lugar existió un monasterio benedictino hasta el siglo XI. El establecimiento de los monjes cistercienses de San Bernardo en Iranzu data de 1176. Surgió tras la donación de los terrenos de Iranzu por parte del obispo de Pamplona D. Pedro de París, natural de Artajona, a su hermano Nicolás, para la refundación de un gran cenobio bajo la regla del Císter. Iranzu llegó a reunir vastas propiedades: tierras de cultivo, pastos, iglesias parroquiales, pueblos enteros, etc. que se extendían por toda Navarra y por toda España. Cabe mencionar que los monjes cistercienses eran considerados como los mejores agricultores de Europa, y vivían de los beneficios que generaban sus explotaciones.

En el siglo XIV entra en un periodo crítico que llega hasta el siglo XV, siendo una de las causas la guerra civil que asoló Navarra.
Con la Desamortización de 1835 los monjes pudieron permanecer con protección de los carlistas, pero en 1839, tras el convenio de Vergara se vieron obligados por Mendizabal a abandonar el Monasterio, pasando a ser propiedad del Estado. Hasta el año 1942 estuvo totalmente abandonado.
En 1942 la Fundación Príncipe de Viana inicia una intensa reconstrucción del conjunto monástico. Un año más tarde se unen a la restauración y se establecen en el lugar la comunidad religiosa de los Clérigos Regulares, Teatinos, fundados en 1524 por San Cayetano, quienes regentan hasta hoy
el Monasterio y abren las puertas de sus estancias para mostrar esta maravilla arquitectónica.
Centrándonos en la época medieval, el Monasterio de Iranzu conserva la iglesia, claustro, sala capitular y cocina, además de la Ermita de San Adrián que es el primitivo templo del monasterio cisterciense construido para garantizar el culto a la espera de la construcción de la gran iglesia definitiva.
Primitiva iglesia románica que construyeron los cistercienses en este lugar. Es una pequeña iglesia de una nave con ábside de tambor, con ventana central y dos contrafuertes. En el interior este ábside tiene bóveda de horno apuntada y reforzada por tres nervios que apean sobre ménsulas.
No se ven en Iranzu formas románicas puras sino la arquitectura del Císter de los siglos XII y XIII, mezcla de un románico tardío y un gótico incipiente, y  otras partes claramente góticas pertenecientes a siglos posteriores.
Las formas suaves y redondeadas del románico se cambian por otras más menos amables: ojivas, aristas y puntas. Como si el rigor cisterciense quisiera acabar, incluso en la arquitectura, con las comodidades y bienestar material que criticaban de los cluniacenses, promotores del románico.
Nada más entrar en la abadía se encuentra el claustro del monasterio, que es sin duda uno de los rincones más preciados de todo el Monasterio. Muy austero y, en parte, cargado de la ornamentación propia de la orden, creando espacios de luz muy tenue y grandes vanos a la vez.  Su construcción data de siglo XII y XIV, las sucesivas épocas en las que se fue levantando quedan representadas en los distintos modelos arquitectónicos que se pueden diferenciar.
En el lado oriental se encuentra la Sala Capitular, también del s. XII, típica cisterciense. Se accede por una portada simple de arco de medio punto que tiene a cada lado dos ventanas, también de medio punto, abocinadas y de cuatro arquivoltas, la interior y la tercera sobre columnas con capiteles vegetales. Tiene planta rectangular y está  cubierta con bóveda de crucería cuyos arcos descansan en dos columnas centrales con capiteles en los que vemos figuras geométricas. El acceso a esta sala capitular es lo más románico se encuentra en esta parte del monasterio de Iranzu.
La cocina está adosada a la esquina suroeste del claustro y es una de las partes más interesantes del Monasterio de Iranzu, especialmente su chimenea central. Es una estancia que se puede considerar plenamente gótica y perteneciente al siglo XIII.
La citada chimenea, donde el fuego cocinaba las comidas y se expulsaba el humo es una estructura a modo de templete, de sección cuadrada cuyas cuatro caras tienes arcos apuntados.
El Monasterio dispone de un amplio aparcamiento a la entrada lo que facilita el acceso al mismo. Y junto al monasterio está la hospedería donde se puede pernoctar y comer.
Al centro de interpretación se puede acceder desde el claustro. Allí se facilita información sobre el monasterio, su entorno natural y sobre los diferentes recursos turísticos de Navarra. Vende productos como queso, vino y dulces, además de libros sobre el Monasterio de Iranzu y folletos acerca del cañón de Iranzu y sobre recorridos turísticos de la zona.
La visita al monasterio se puede complementar con bonitos paseos en torno al cenobio, uno de los cuales remonta el estrecho cañón labrado por el río Iranzu. Se trata de un recorrido lineal que se inicia cerca de la entrada al recinto del monasterio, por un camino de grava. El río y los sauces acompañan este recorrido y, poco a poco, el valle se va cerrando hasta convertirse en una estrecha foz.
Volviendo por la carretera hacia Abárzuza encontraremos un curioso lugar con un monumento a Nuestra Señora del Puy.
 
Página Web de la Hospedería:
www.bariranzu.wix.com/hospederia-de-iranzu y su teléfono 948520150.
 
Visita fotográfica al Monasterio.
Pulsando sobre la imagen, aumenta su tamaño.







































  































Nota: Las imágenes son propiedad del autor del blog.

1 comentario:

  1. Gracias. La web de la hospedería del monasterio de Iranzu es http://bariranzu.wix.com/hospederia-de-iranzu y su teléfono 948520150. Saludos

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